La derecha política

La política es un poco complicada para muchas personas que viven de su trabajo, sin ningún tipo de hipoteca ideológica ni favores con los que cumplir y rendir pleitesía por ello. 
 

Es poco comprensible y aceptable, para una parte importante de la gente de lo común, que líderes de la oposición española acudan a los órganos de gobierno de la Unión Europea para hablar mal de España, poniendo cortapisas para que no desembolsen los fondos europeos. Eso no es patriotismo. A eso se llama politiqueo de salón, al estar más pendiente de los poderes económicos y mediáticos, que de la gente y de la ciudadanía española. 
 

Algunos de esos grupos políticos de la oposición cuando se pasean por el extranjero se dedican a hablar pestes del gobierno de turno de su país, considerándose como únicos salvadores de la patria. Utilizan discursos, redes sociales y los poderes mediáticos para dinamitar cualquier acción de gobierno. 
Desde el primer momento, y van allá cuatro años, se propusieron, con sus insultos y mentiras, llegar al poder sin pasar por las urnas ni importarles los medios empleados. 
 

En España, la derecha política, nunca ha impulsado ni desarrollado ningún Derecho Fundamental y cuando se instalan en nuestra legislación se dedican a recurrirlos ante el Tribunal Constitucional: ocurrió con el aborto, la eutanasia, la ley de vivienda de Catalunya, la memoria democrática, el matrimonio igualitario, la ley de Educación, la reforma laboral, la dependencia, la infancia, etc.

La derecha política

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