Carlos Rodríguez-Méndez, la galería Vilaseco

Enmarcada dentro de la programación de Aberto ( evento que, bajo el nombre de Contemporánea, organiza la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Galicia), la galería Vilaseco ofrece la muestra “Antes, la fatiga” del artista Rodríguez-Méndez  ( Pontevedra,1968), licenciado en Bellas Artes por la Complutense de Madrid y actualmente profesor de escultura en la Universidad de Salamanca. La obra consiste en una instalación de 10 tubos de negra turba que van desde el suelo al techo de la galería, creando una  curvilínea “avenida” de obstáculos que provocan estupor, a la vez que establecen relaciones inéditas entre las formas y el espacio, entre lo de abajo y lo de arriba y un juego de contrastes entre lo negro y denso de la turba y lo luminoso y aéreo que trata de atrapar. De este modo, parece situarnos ante una visión alquimista, donde la turba  representa el drama de la materia en su fase de nigredo (opus nigrum), mientras se yergue como en súplica o aspiración a ser transformada en albedo; fundamenta esta idea, el hecho de que cada punta de los tubos se apoya en un fragmento de mármol blanco , que fue troceado por el mismo escultor, tras una performance nocturna. Materia, luz, líneas constructivas y espacio construyen así una arquitectura inédita que se aproxima a los presupuestos del arte minimal cuyo objetivo es partir de formas sencillas para ordenar relaciones que abren toda una poética de múltiples significados.-Crear arte para la vista se parece, en su planteamiento, a las reglas que rigen las lenguas, donde un número finito de fonemas crean el infinito de los significados. La repetición está también en las 24 fotografías de pequeñas plumas de ave que han sido intervenidas por él, transformándolas, de este modo, en ansias o en heridas que recuerdan un instante. También ahí está el pathos que conlleva el hecho de existir y que afecta a todas las criaturas, desde las más pequeñas y humildes a las más grandes y poderosas y a todos los elementos que las conforman. El asombro y la eterna pregunta configuran el meollo de la obra de  Rodríguez-Méndez y cuyo extraño título:”Antes, la fatiga” resume todo ese extraordinario esfuerzo por comprender y por ir más allá de las apariencias, para sumergirse en los intrincados laberintos del ser y en las infinitas posibilidades representativas que ofrece una misma cosa, también nos habla de las tremendas tensiones y del cansancio psíquico que conlleva existir. Es evidente que piensa como un filósofo y compone como un poeta, creando imágenes visionarias, como cuando dice: “Un dedo arrastra pólvora sobre un papel”, dejando claro que lo nimio, lo pequeño repetido puede provocar cataclismos. Como declaraba, con motivo de su muestra en el CGAC, en 2008, siempre ha sido fundamental en su quehacer la relación con el espacio y la tensión generada para encajar en él sus piezas que siempre son más grandes, por ello tienen una estructura flexible para poder ser adaptadas. La idea, así, está viva y origina el resultado formal.

Carlos Rodríguez-Méndez, la galería Vilaseco

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