BNG y PSdeG exigieron a la Xunta que adapte el plan estratégico de Galicia para el periodo 2022-2030, en el debate sobre este documento en el pleno del Parlamento. Con anterioridad, el conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, mostró la voluntad de consenso del Gobierno gallego: “No es solo una intención, es una convicción”, aseveró.
En cualquier caso, el Bloque, que presentó 36 propuestas de resolución, avanzó su voto en contra de un plan que ve “con los pies de barro” al entender que “no hace un diagnóstico realista”.
Por su parte, el PSdeG planteó 182 propuestas y el PP, tres. Posteriormente, se abrió un plazo hasta las 18.30 horas de ayer para transacciones, y hoy la Cámara acogerá un nuevo debate y la votación del plan estratégico.
El PP, que rechazó que la inflación haga “obsoleto” un documento que ve “instrumento de futuro adecuado”, planteó 41 transacciones al BNG sobre 25 de sus 36 propuestas, y a los socialistas les aceptan seis “directamente” y ofrecen 89 transacciones correspondientes a 122 propuestas.
Al respecto, su portavoz, Pedro Puy, lamentó que el BNG “hace una oposición frontal” por lo que “parece que va a ser poco fructífero” el debate. “Esperemos que con el Partido Socialista sea un poco más amplio”, señaló.
En su discurso, el conselleiro reivindicó que el plan estratégico es un documento “que aspira a ser la hoja de ruta” del Ejecutivo autonómico pero “no es un texto de Gobierno”, ya que recibió “las aportaciones de la sociedad civil” y ahora “tiene que ser ampliado por las de los diferentes grupos”.
Por eso, trasladó la “máxima disposición por acercar posturas y enriquecer” el texto. En todo caso, avisó de que las propuestas “deberían cumplir una serie de requisitos”: que tengan “encaje en la lógica de planificación estratégica que presenta el plan” y que supongan hacer “un esfuerzo en estimar las propuestas de transacción” del grupo mayoritario.
En este sentido, remarcó que trazar una estrategia es “fundamental, más si cabe en el actual momento de incertidumbres y difícil coyuntura” económica.
Para el periodo 2022-2030, fijó, de hecho, los “retos” de la pospandemia, el alza general de precios y la crisis energética. “Tenemos que prepararnos y buscamos superar el impacto y conseguir una recuperación sostenible e inclusiva”, destacó.