Los puertos de Ferrol y San Cibrao están atravesando una mala racha durante los primeros compases de 2024, acumulando ya dos meses consecutivos de caída general en sus tráficos. Si bien esta situación, fuertemente influenciada por el contexto internacional, está afectando en mayor o menor medida a casi todas las Autoridades Portuarias de Galicia –en términos globales, solo Vigo y Marín mantienen cifras positivas–, el caso de la ciudad naval y la villa lucense es especialmente llamativo por contar con los mayores descensos de toda la Comunidad.
Así, según el último informe de Puertos del Estado, correspondiente al mes de febrero, los tráficos en las dársenas de Ferrol y San Cibrao se desplomaron un 39% en su balance acumulado desde enero –de 1.716.957 en 2023 a 1.046.891 toneladas en el presente ejercicio– y un 51,79% en el mensual –de 886.822 a 427.518–. En este sentido, A Coruña es la segunda Autoridad con una mayor caída porcentual de Galicia (-19,4%), seguida de Vilagarcía (-15,2%).
En cuanto a los motivos que están provocando esta coyuntura, cabe señalar que la guerra de Ucrania y la situación actual en Oriente Medio continúan afectando al tráfico de graneles líquidos, que desde hace meses se encuentra en horas bajas. No obstante, los mayores descensos se están dando en el área de mercancía general, con especial incidencia en los contenedores. En este sentido, desde Puertos del Estado se señaló que la conflictividad en el entorno del Mar Rojo está teniendo un impacto muy notable en estos tráficos internacionales y que los puertos españoles estaban absorbiendo la actividad de otros europeos.
Sin embargo, este fenómeno parece estar afectando de forma desigual a las diferentes Autoridades Portuarias de la Península. Así, si bien los datos parecen indicar que los puertos mediterráneos son los más beneficiados, sería una falsa causalidad, dado el número de grandes puertos en el litoral sur y este que también experimentaron caídas. De esta forma, se puede concluir que, como señaló el presidente del organismo ferrolano el pasado año, se está viviendo una desaceleración de estos tráficos que, por la mencionada situación del Mar Rojo, algunos puertos están logrando sortear.
En cuanto a los tráficos concretos, las dársenas de Ferrol y San Cibrao vivieron en febrero una coyuntura muy similar a la de enero, invirtiendo la tendencia de 2023 de caída de sólidos e incremento de líquidos.
En el caso de los primeros, la Autoridad Portuaria registró su segundo mes consecutivo de cifras positivas, con un incremento acumulado desde comienzos de año del 20,8% –pasando de 545.943 a 659.585 toneladas–, aunque con una caída del 7,11% en términos mensuales – 296.746 toneladas en febrero de 2023 frente a las 275.642 del pasado mes–.
Los líquidos, no obstante, fueron el área de negocio con mayor caída de todos los tráficos del Puerto, hasta el punto de arrastrar el resto de resultados del balance mensual –dado que, si este segmento funciona con normalidad suele poder absorber las bajadas en el resto–. Así, el descenso porcentual acumulado desde enero registrado en estos graneles alcanzó el 68,8%, perdiendo 643.054 toneladas respecto al año pasado –de 935.283 a 292.229–; mientras que el mensual se situó en el 76% –de 477.001 a 114.330 toneladas–.
En comparación con el resto de Puertos de Interés General de Galicia, Ferrol y Marín fueron los únicos que cerraron febrero con resultados positivos en los graneles sólidos, mientras que en el caso de los líquidos todas las áreas de la Comunidad registraron números rojos.
En lo referente al área de mercancías, Vigo y Vilagarcía fueron los únicos puertos gallegos que lograron cerrar el mes con resultados positivos, aunque con matices. Por ejemplo, este último tuvo una caída en febrero, pero la superó gracias a los resultados de enero, mientras que en Marín se dio una situación opuesta.
En Ferrol, el descenso fue del 59,9% en el acumulado desde enero –de 233.915 a 93.849 toneladas– y del 67,1% en la comparativa mensual –de 112.087 en febrero de 2023 a 36.840 en el presente ejercicio–. De este segmento, la transportada en contenedores fue la que sufrió la caída más notable, alcanzando un 80% en el balance acumulado –de 94.318 a 18.627 toneladas– y del 79,4% en el mensual –de 39.908 a 8.208–.