Existe un mito, afortunadamente ya desacreditado, que dice que las tecnologías más disruptivas siempre tienen su origen en un garaje. Esta leyenda, que trata de romantizar e incluso simplificar para el gran público la enorme complejidad del proceso de diseño, tiene, no obstante, una pequeña parte de verdad, como bien demuestra la oficina ferrolana de la neerlandesa Royal Roos, situada en el centro de negocios Arena 76 de A Gándara.
Y es que estas instalaciones, a apenas un piso de distancia de Nervión, uno de los gigantes del naval ferrolano, han sido el epicentro, el lugar de nacimiento, de “Shore Power”; una tecnología que se perfila como el que será, a medio y largo plazo, el nuevo estándar de la eficiencia energética del sector y una de las claves para el futuro modelo de puerto verde. En ellas nos reciben Rafael Rodríguez y Andrés José López, director de la oficina e ingeniero eléctrico y director sénior de proyectos de ingeniería, respectivamente, para explicar a Diario de Ferrol en qué consiste esta propuesta y qué ofrece a una área económica tan competitiva.
De forma simplificada, esta tecnología plantea un sistema de conexión a la red eléctrica, pública o del puerto, para los buques, de forma que eviten el uso de sus generadores, lo que supone un menor gasto en combustible, una significativa reducción de emisiones y la práctica eliminación de los ruidos y vibraciones de los navíos cuando están atracados. Evidentemente, esta solución, como explican los profesionales, no es tan sencilla como “enchufar” el barco al sistema eléctrico, lo que hace de esta tecnología con ADN ferrolano algo esencial en futuros modelos verdes.
“Nuestro diseño es esa transición entre la red pública y el buque, siguiendo las normativas, que ahora no son obligatorias, pero que con la tendencia a la reducción de emisiones, cada día se ponen más límites y topes, al final sí lo serán”, señala Rodríguez, apuntando que el objetivo último pasaba por adelantarse a dicha obligatoriedad. “Los convertidores de frecuencia, los transformadores, etcétera, van integrados en un equipo que, además, es versátil porque cada barco tiene una frecuencia, un voltaje, diferente, y nosotros con un mismo equipo podemos suministrar ese voltaje independientemente del del barco”, subraya el profesional.
En este sentido, como explica Andrés José López, el diseño desarrollado en Ferrol es “universal”, de modo que se adapta a las necesidades de cada buque –y, por tanto, de las navieras–, lo que ofrece una gran versatilidad a las consignatarias portuarias a la hora de ofertar sus servicios. “A Ferrol llegan todo tipo de buques, no tan grandes quizás como los que llegan a Rotterdam, pero te vas a encontrar con barcos con sistemas de distribución de 50 a 60 hercios, de 380 a 480... Es como cuando vas de viaje y necesitas un adaptador de corriente; esto te permite que cualquier tipo de buque se pueda conectar a la red eléctrica local y ese tipo de conexión y voltaje están estandarizados según una normativa”, explica el ingeniero.
Llegados a este punto, es justo plantear la cuestión de qué aporta realmente al sector este ingenio y, sobretodo, que lo haría “verde” en el contexto actual. A este respecto, López explica que “Shore Power” supondría un ahorro “de 1,5 toneladas de combustible pesado al día, lo que supone 4,5 toneladas de CO2 diarias que se puede ahorrar con esta estación. El precio de la energía fluctúa, pero estamos hablando de unos 1.000 euros por tonelada, lo que se traduce en unos 1.500 euros de ahorro cada día para el armador en combustible”. Asimismo, el profesional detalla que, si bien no se tratará de una conexión gratuita y que su coste dependerá de las fluctuaciones del sistema eléctrico, la reducción de consumo es más que significativa y permite, entre otras cosas, participar en subvenciones comunitarias para la reducción de emisiones entre armadores.
En cuanto al aspecto “renovable” de esta tecnología, los profesionales señalan que dependerá de la propia red eléctrica pública o portuaria, pero que la tendencia actual –y que se verá incrementada en un futuro– es que en esta última comience a emplear, aunque sea de forma complementaria, métodos de generación alternativa con paneles solares o aerogeneradores.
Ser pioneros a la hora de asentar una nueva tecnología a nivel global no es nada sencillo y en Royal Roos lo saben bien y el caso de “Shore Power” es un claro ejemplo de ello. “Lo que es la implementación del sistema no es solo llegar y poner el equipo, es intentar acomodar lo que ya tienes a las necesidades. Además es importante recalcar que esto es una iniciativa privada, es nuestra empresa la que está invirtiendo en esto. Es un programa que está subvencionado por la Unión Europea en un 60%. La inversión total alcanza el medio millón de euros, donde nosotros ponemos el 40%, porque queremos exportarlo”, apunta López.
A esto, como recuerda Rafael Rodríguez, habría que sumar normativas, retos en la ejecución o incluso el tiempo de fabricación de los elementos –desarrollar cada uno de los armarios de “Shore Power” lleva unas 60 semanas, princialmente por la crisis de los microchips–. Pero todos estos obstáculos a salvar, al final del día, son necesarios de cara a lograr una eficiencia y, por qué no, que todo puerto del mundo tenga una pequeña parte de Ferrol en sus instalaciones.