Reportaje | Zero Art o la democratización del mundo digital que no sabe de edades

Reportaje | Zero Art o la democratización  del mundo digital que no sabe de edades
Pedro Pinies, creador de la firma ferrolana de contenidos digitales Zero Art | Jorge Meis

Si en algo coinciden todos aquellos que se han lanzado a la aventura de emprender es que es tan gratificante como terrorífico. Convertirte de la noche de la mañana en tu propio jefe puede ser liberador, pero a la vez trae consigo la responsabilidad de depender únicamente de tus propias habilidades para salir adelante, con el consiguiente riesgo de que un tropiezo eche por tierra todo lo logrado. Y si a esto le sumamos la juventud, no solo las preocupaciones se multiplican, sino también los escollos que se encuentran por el camino.


Es por ello que historias como la de Pedro Pinies, creador de la firma Zero Art, resultan especialmente estimulantes. Este ortigueirés de 21 años –20 cuando fundó su empresa, hace poco más de seis meses–, carpintero de formación y apasionado de las artes gráficas, decidió un día y en contra de los consejos de sus familiares lanzarse de cabeza a la piscina y dedicarse a lo que le gustaba. “Desde pequeñito me encantó siempre el mundo audiovisual; la fotografía, el cine, la publicidad... Era un niño que me quedaba viendo los anuncios en lugar de la propia tele”, confiesa risueño.


Con 16 años y tras concluir un grado de carpintería que no le convencía, se fue a Viveiro a trabajar de camarero, donde estuvo hasta los 20, momento en el que se dijo que “tampoco es lo mío”. Llegado a ese punto, decidió dar un cambio radical a su vida y “apostar el 300% por lo que me gustaba”, así que armado con un móvil, una cámara y un ordenador portátil “me fui a buscar gente que tenía empresas, como peluquerías, centros de estética o bares”. “Les proponía, por un precio muy reducido, poder tener una mejor imagen online, tener fotografías, presencia en las redes...”, narra el emprendedor.

 

Primeros pasos


Precisamente rememorando estos primeros pasos, Pinies hace un inciso para agradecer al Salón Gena Méndez, en la calle María de Ferrol, su primer cliente, “el depositar toda su confianza en mi”. “Yo no quería ni cobrarle, pero me pagó y me dio a conocer a otros negocios”, explica. Así, con estos comienzos humildes, la empresa Zero Art ha logrado ir creciendo hasta la actualidad, donde gestiona los perfiles en Internet de una veintena de compañías.


Entre sus servicios, este emprendedor, junto a su compañera Natalia, ofrece, además de mejorar la presencia en las redes sociales, la creación de páginas web, el desarrollo de imágenes corporativas y marcas, o la toma de fotografías y vídeos de productos y negocios. Asimismo, la firma Zero Art se está diversificando, apostando por el interiorismo gracias a un acuerdo con QR Soluciones –quien a su vez es cliente– mediante la realización de renderizados para proyectos de decoración.

 

Planes de expansión


Como con cualquier negocio, la idea de Pedro Pinies es seguir creciendo profesionalmente, aunque tiene claro que no quiere abandonar sus raíces. A pesar de no contar por el momento con una sede fija y operar como una startup, el emprendedor ya tiene la vista puesta en A Coruña para expandirse ”muy poco a poco, pero bien hecho”.


No obstante, los planes de la empresa pasan por seguir con los pies en la tierra, fiel al tipo de negocio que le ayudó a crecer. “Nos hemos dado cuenta de que este mercado es muy injusto. Como todo lo nuevo, cuando comienza un sector no está regularizado y no se sabe el precio de las cosas”, explica. “La gente abusa de esto y está cobrando 500 euros a pequeños negocios por sacarle fotos, páginas web por 4.000 euros... Cosas que tú como pequeña empresa, si quieres crecer, supone un obstáculo para entrar en el mundo digital. No lo puedes mantener, te endeudas para mantener tu empresa para tener una página web”, se lamenta. Es por ello que, entre sus objetivos, Zero Art quiere orientarse hacia esas pymes y autónomos, ofreciéndoles “un precio justo, donde nosotros ganamos y tú ganas” de cara a “abrir un poco este mercado”.


“Queremos protegernos los unos a los otros, tener una red interna tipo BNI con nuestros clientes para que conecten y delegarnos los unos a los otros”, confiesa optimista.

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