La adquisición del antiguo edificio de Aduanas por parte de la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao en el año 2020 culmina ahora con el inicio de la rehabilitación de este emblemático inmueble de la fachada marítima de la ciudad, para el que se barajaron diversos usos y se solicitó incluso la cesión al Concello, pero que finalmente se llenará de contenido tras la intervención del Puerto.

La idea es avanzar en esa relación Puerto-ciudad y en el cambio del frontal del muelle de Curuxeiras, que ya se ha visto mejorado con las reformas ejecutadas en la sede de la Autoridad Portuaria y en el edificio de la antigua Comandancia naval.

Para actuar ahora en lo que fue Aduanas se han llevado a cabo previamente las prospecciones arqueológicas precisas, al hallarse el edificio en un casco histórico y catalogado como de elevado valor arquitectónico, calificado como sistema dotacional dentro del Pepri de Ferrol Vello. Por estas razones, necesitaba contar con los permisos pertinentes de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta. Una vez concluidas estas catas, la Autoridad Portuaria saca a licitación las obras de recuperación de la edificación del Paseo de la Marina.

El objetivo es dar una nueva vida a un inmueble que lleva sin utilización 15 años con el fin de “dedicarlos a usos de carácter representativo e intercambio de actividades con la ciudadanía”, explican desde el Puerto.
El presupuesto de licitación es de 1.616.713 euros y el plazo de ejecución está fijado en 12 meses, por lo que en 2025 la fachada marítima contará con un nuevo aliciente desde el punto de visto estético, mejorando ese frente de la ciudad hacia el mar.

Con esta intervención está previsto actuar en la estructura, la fachada y los interiores para adaptarlos a los usos planificados, favoreciendo su conservación.
Se quiere promover como acceso institucional la puerta norte, resultado de una modificación de los años cuarenta, accediendo así desde un espacio semipúblico intermedio y no desde la acera.

Ascensor y lucernario

En el interior se instalará una ascensor para comunicar las distintas plantas, que será panorámico, con entrada de luz natural. Un lucernario en la cubierta ampliará esa iluminación.
La distribución pasará por una planta baja como vestíbulo general y servicios auxiliares y dos plantas superiores, con dos salas de 64 metros cuadrados, con un uso flexible, desde sala de exposiciones a aulas de formación, espacios de trabajo, auditorio. etc. Las instalaciones de servicios irán situadas en la última planta.

Exteriormente se restaurarán las fachadas, con la sustitución de carpinterías de puertas y ventanas y se recuperarán los accesos de la planta baja, tanto de la avenida de la Marina como de la calle Castro.
Esta remodelación viene a sumarse a la de la antigua sede de la Comandancia, aunque en ese caso ha supuesto la ampliación del espacio de trabajo del organismo portuario. Ahora, con Aduanas formando parte del patrimonio material del Puerto, el ente que dirige Francisco Barea amplía los espacios de representación institucional y atención al público, además de contar con salas que pueden servir para desarrollar actividades diversas en conjunción con la ciudadanía, con la que ya viene colaborando en el desarrollo de citas tanto gastronómicas como culturales de diversa índole.

El responsable del organismo, Francisco Barea, valoró esta rehabilitación, señalando que “es una de las actuaciones en las que la Autoridad Portuaria ha puesto más empeño ya que se trata de un inmueble simbólico de la ciudad que, además, tiene un importante valor arquitectónico”.
La intención del organismo es garantizar la conservación y darle una nueva vida a Aduanas, por eso, explicó Barea, “lo ponemos de nuevo al servicio de la ciudad respetando todos aquellos elementos que lo hacen único”.