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jueves | 16 mayo | 2024
“Queremos que quede muy claro que este tipo de acciones no van a caer en saco roto a partir de ahora”. Así se manifestaba ayer el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores y Mariscadores de Ferrol, Gustavo Chacartegui, quien en las últimas horas presentó denuncia por los hechos acontecidos el lunes, cuando varios socios de la entidad que preside denunciaron la aparición de un vertido de color rosado o rojizo que parecía que procedía de las instalaciones de Navantia, concretamente de uno de sus diques.
Asegura Chacartegui que algunos socios y también medios habrían afirmado que la propia Navantia confirmó que el vertido en cuestión procedía del astillero, de la división de Reparaciones y que nada más percatarse, activó el Plan Interior Marítimo de la ría, sin que fuera necesario aplicar ninguna de sus disposiciones. El patrón mayor asegura, en cambio, que “absolutamente ningún responsable” de la compañía pública había contactado con el pósito local tras lo acontecido. Así las cosas, Chacartegui decidió asesorarse con un abogado que le indicó que el primer paso que habría que dar es el de presentar la oportuna denuncia ante la Policía Nacional. “Este es el primer paso para que se esclarezca lo sucedido, ya que queremos saber qué pasó y quién es el responsable de los hechos a fin de que se le aplique la sanción que corresponda”, afirmó Chacartegui.
Desde la Cofradía aseguran que hechos como el sucedido, que hacen peligrar la biodiversidad de una ría ya muy castigada, no pueden quedarse en el olvido y es necesario que se depuren responsabilidades.
Así, lamentan desde el pósito que lo ocurrido “es algo más habitual de lo deseado”.
Gustava Chacartegui asegura que “esto que ha ocurido no es nuevo, yo ya vi por aquí el agua de la ría teñida de todos los colores, normalmente tiene que ver con el agua procedente del achique de los diques tras episodios de lluvia”. Sea como fuere, confían en que la justicia sea la que se pronuncie.
Preocupa mucho a las gentes del mar que este tipo de hechos se tomen a la ligera, sobre todo en época de desove como la actual, con las larvas de las diferentes especies de peces o marisco que están en fase de cría en suspensión. Estas flotan y se alimentan hasta que ganan peso y vuelven a las profundidades, de ahí que los residuos puedan ser fatales.
