La pieza escultórica más relevante de Ferrol luce espléndida tras su restauración

La pieza escultórica más relevante de Ferrol luce espléndida tras su restauración
La escultura ya restaurada | Jorge Meis

La firma de conservación y restauración de obras de arte Galicia Proarte se constituyó en Ferrol en 2004 y desde entonces han sido muchos los tesoros del patrimonio local que han pasado por las manos expertas de Tomás Madrid y María Gavín, los responsables de la empresa. Pasaron de ser empleados a trabajar por su cuenta tras haberse formado ambos en la escuela de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Pontevedra.


La última pieza que han recuperado en su taller de Freixeiro fue la escultura de bronce “Toros Ibéricos”, uno de los elementos patrimoniales más destacados de la ciudad y que hasta no hace mucho pasaba desapercibido para la ciudadanía en una esquina de Armas. No fue hasta que se recuperó la plaza que se situó en un lugar predominante, al lado del palacio municipal. Justo ahí fue objeto de un acto vandálico. “Posiblemente alguien para hacer la gracia se subió a ella y uno de los pernos de latón que la sostienen se malogró”, explica el restaurador Tomás Madrid. La zona se valló para evitar que la pieza sufriera más daños pero al faltar uno de los apoyos, los otros se doblaron y la figura se precipitó al suelo dañándose los cuernos de la escultura, como sostienen desde Proarte. No obstante, “soportó bastante bien al golpe pese a caer con los cuernos hacia el suelo, pero el bronce es un material blando y los cuernos se doblaron, pero prácticamente fue un trabajo de conservación”, precisan. Así, solo fue necesario reconstruir poco más de 1,5 centímetros. También se limpió el bronce y se colocaron nuevos pernos. Desde la firma aseguran que el trabajo duró poco más de una semana a pesar de haber estado la escultura más tiempo en las instalaciones.


La obra “Toros Ibéricos”, realizada en bronce, es creación del artista toledano Alberto Sánchez, quien está considerado como uno de los mejores escultores españoles del siglo XX, según consta en el propio monolito que la sostiene, que es obra del escultor ferrolano Guillermo Feal.


Galicia Proarte trabaja en toda Galicia pero sobre todo en la zona, “lo más agradecido es trabajar en nuestro taller, aunque hay veces que nos tenemos que trasladar a donde esté la obra de arte”, explican. Por sus manos han pasado numerosos elementos del patrimonio local. En la actualidad están ultimando la recuperación del busto de mármol de Concepción Arenal, que estaba en el parque Reina Sofía, también objeto de un acto vandálico, que tras caer de su pedestal se separó la cabeza del busto. “Sufrió varias pérdidas volumétricas, parte de la nariz, cuello de la camisa y también se retiró la pintura, porque estaba pintada de blanco y se ha recuperado el material original que es mármol”, precisa Tomás Madrid, quien recuerda que esta “es una de las cuatro esculturas que antiguamente estaban en los óculos (ventanas redondas) del palacio municipal de Ferrol”. Como anécdota, explica que cuando Franco vino a la inauguración del Ayuntamiento de Ferrol y al ver que su busto estaba rodeado de muertos pidió que se retiraran, quedándose él solo. Las cuatro esculturas “sobrantes” se trasladaron al parque Reina Sofía, donde después se situaron otros gallegos ilustres, eso sí, realizados en cemento, ya no en mármol. Explican desde Proarte, que para igualar el color de todas las figuras, incluyendo las de cemento, se optó por pintarlas todas iguales con pintura blanca. “Además de recomponer la pieza se ha recuperado también el material original”, explica Madrid.


En este tiempo han restaurado también varios lienzos en San Julián y en la iglesia castrense de San Francisco se encargaron de restaurar varios retablos.


También han realizado trabajos de gran trascendencia en la iglesia de Santo Domingo de los dominicos, en A Coruña, y otros trabajos en el monasterio de O Couto. Entre las últimas actuaciones cabe destacar la restauración del Cristo de la Misericordia y el de la Buena Muerte. Ambos trabajos resultaron muy complicados, ya que como explica Tomás Madrid, “los dos cristos estaban muy afectados por xilófagos (carcoma), que se habían comido parte de la madera.

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