Nervión, de firma auxiliar a uno de los grandes actores del naval ferrolano

Nervión, de firma auxiliar a uno de los grandes actores del naval ferrolano
La división Naval Offshore de la compañía se ha convertido en una de las empresas de referencia en el montaje de estructuras eólicas marinas | Cedida

Hace poco más de dos días, el Grupo Amper, empresa matriz de Nervión Naval Offshore, anunciaba por medio de su web oficial la firma de un contrato con Navantia para el montaje de “jackets” y la construcción de componentes para el parque eólico de Dieppe Le Tréport, en la costa francesa. El acuerdo, que incrementará la cartera de negocio de Nervión hasta los 140 millones de euros, es por el momento el de mayor envergadura de la matriz y su filial, hasta el punto de hacer rebotar su valor en bolsa más de un 7%.


No obstante, para los veteranos del naval gallego este movimiento no es más que una consecuencia lógica de la gran apuesta que el conglomerado empresarial lleva años haciendo por el sector, especialmente –aunque no limitado– en la comarca. Y es que esta expansión de la firma auxiliar de soluciones de ingeniería a uno de los grandes actores del naval nacional no es casualidad y mucho menos suerte.

 

Cronología


Si bien Nervión es una de las empresas más longevas del sector en Ferrol –de hecho es importante destacar que Naval Offshore es una división de Industries–, podría situarse el inicio de su evolución entre los años 2014 y 2015, cuando Navantia licitó los trabajos de apoyo para su primer gran contrato de eólica marina para Iberdrola: las 29 “jackets” del parque germano Wikinger.


Gracias a este encargo, que posicionó a la firma auxiliar como uno de los principales contratistas del grupo público, la actividad de la empresa comenzó a diversificarse y especializarse, sin abandonar los proyectos más tradicionales pero ganando fuerza en el ámbito de las renovables.


Y así, con cada nuevo contrato de Navantia, el potencial diversificador de la eólica se iba extendiendo. Al proyecto Wikinger siguió el East Anglia One en febrero de 2017, que casi doblaba el número de “jackets” del anterior; y a este los de Saint Brieuc en 2020, en las costas de la Bretaña francesa –que no solo volvió a crecer en escala, sino también supuso la expansión de la actividad del grupo naval público español al litoral galo–; y el de Kinkardine, en Escocia, en el que se consolidaba una nueva línea de negocio con las estructuras flotantes.

 

Salto internacional


Si bien trabajar codo con codo con Navantia en el sector fue uno de los principales ejes en el cambio de estrategia de Nervión, es importante destacar un hito esencialmente relevante para la empresa: la transferencia de conocimiento a Taiwán.


Tal y como reveló la compañía a Diario de Ferrol a finales de 2019 –para un reportaje publicado en enero de 2020–, sobre 2017, cuando Navantia aún se encontraba trabajando en las “jackets” del proyecto Wikinger, una delegación de la Sing Da Marine Structure (SDMS), filial de la China Steel Corporation, se acercó a Ferrol para tratar de cerrar un contrato de transferencia de conocimiento. No obstante, por cuestiones de política empresarial, el grupo naval tuvo que rechazar la oferta, lo que abrió la puerta a la participación de Nervión.


Al parecer, los taiwaneses buscaban un socio que les “enseñase” a construir “jackets” con el objetivo de dotar a la isla de unas 500 unidades de cara a 2025 –asumiendo que más de una compañía las desarrollase–. Y así, tras una primera fase de aprendizaje de los asiáticos en Ferrol, Nervión comenzó a operar en la antigua Formosa, transmitiéndole el saber que habían acumulado durante años.

 

Expansión de operaciones


Como ya se mencionó en numerosas ocasiones, la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus trajo consigo consecuencias inesperadas, entre las que se encuentra una mayor apuesta a nivel europeo por las energías renovables y el desarrollo sostenible en forma de los fondos Next Generation. Si bien estas millonarias dotaciones se encontraban sobre la mesa mucho antes del estallido de la epidemia –de hecho el cierre de centrales de carbón y nucleares por todo el continente comenzó dos años antes–, la necesidad de paliar los devastadores efectos de la enfermedad fue el catalizador para acelerar el proceso.


Y así, ante la rápida expansión de un nuevo paradigma energético, Nervión Industries, a través de Naval Offshore, vio una nueva oportunidad de mejorar más si cabe su posición en el mercado. El primer movimiento dentro de esta nueva estrategia fue el desarrollo de una planta de ensamblaje de componentes eólicos en el puerto exterior de Ferrol, que entrará en operación en los próximos meses y que ya cuenta con la denominación de Iniciativa Empresarial Estratéxica de la Xunta. Pero si eso no fuera suficiente, la compañía dio un paso más, anunciando a comienzos de este mismo año la adquisición de la antigua planta de palas de Siemens Gamesa de As Somozas, también para la construcción de componentes.


Con estos dos nuevos activos –que además abren la puerta al desarrollo de otras tecnologías, como velas semirrígidas para buques–, la filial de renovables marinas del Grupo Amper no solo ha conseguido situarse como una de las industrias tractoras más importantes de la comarca, sino también como un actor fundamental en el sector ferrolano. 

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