Mucho ha cambiado en las últimas semanas la fisionomía del astillero de Navantia Fene, donde las jackets, que podían verse desde varios kilómetros de distancia y ocupaban una parte importante de sus instalaciones y muelles, han dejado paso a metros cuadrados de superficie libre en el hasta hace poco abarrotado astillero de Perlío. Y es que eso es lo que corresponde si tenemos en cuenta que el lunes partirán hacia la Bretaña francesa las últimas jackets del pedido para el parque eólico de Ailes Marines en Saint Brieuc, en la Bretaña francesa, donde se ultima ya la fase de montaje final del complejo eólico marino.
Así, el lunes se vivirá la última operación de “load out” o traslado de las definitivas unidades del pedido.
Llevar estas cimentaciones (de tres a cuatro normalmente), hasta la Bretaña francesa dura entre dos y tres días, dependiendo de las condiciones del mar. Cabe precisar que cada jacket (estructura y soporte) de tres patas pesan unas 50 toneladas y miden 75 metros de alto y 25 de ancho. Como el resto de unidades ya trasladadas, está previsto que viajen inicialmente a Cherburgo a la espera de ser instaladas en el parque eólico marino.
Durante el pasado invierno las instalaciones de Navantia se llenaron de estas cimentaciones, pues el envío se suspende durante el otoño e invierno, retomándolo en verano, de ahí que en las últimas semanas y meses la salida de unidades del astillero fenés haya sido frenética, hasta culminar el envío el próximo lunes 18.
Como se recordará, las primeras jackets enviadas a aguas bretonas partieron de Fene a mediados de junio del año pasado y estaba previsto que antes de final de este verano se diera curso a todo el pedido, tal y como ocurrirá finalmente.
El de St. Brieuc será el primer gran parque eólico marino que el grupo Iberdrola tiene en Francia. Según precisan desde la eléctrica, con casi quinientos megavatios de capacidad, el parque generará energía suficiente como para atender la demanda de electricidad de 835.000 personas, una vez que entre en operación.
Los aerogeneradores de Saint Brieuc, alejados de la costa gala 16 kilómetros, se distribuirán por una superficie de unos 75 kilómetros cuadrados.
El programa, que consta de 62 jackets, es un proyecto exitoso y pionero para el consorcio Navantia Windar, que refuerza el posicionamiento de la compañía como un proveedor principal de eólica marina en el país galo, con uno de los mayores potenciales de desarrollo offshore de Europa. Este proyecto está siendo ejecutado por el referido consorcio, en las instalaciones de Fene y también en las de Brest, en la Bretaña francesa.
Los trabajos de Iberdrola en la instalación de Saint Brieuc cuetan con la colaboración de las empresas francesas RES y Caisse des Dépôts, pertenecientes al consorcio Ailes Marines, propiedad de la energética española.
Una vez esté operativo, el parque se convertirá en la cuarta instalación de este tipo de la compañía, tras West of Duddon Sands, ubicado en el mar de Irlanda; Wikinger, en el mar Báltico y East Anglia One, uno de los desarrollos eólicos marinos más grandes del mundo, que se encuentra en la zona sur del Mar del Norte.
El futuro en los monopiles
Desde Navantia se insiste en que el final de este contrato no es ni mucho menos un punto y aparte en el entramado de la eólica marina, ya que, como se sabrá, la compañía pública tiene en marcha otros dos grandes contratos para la construcción de monopiles, que implicarán una destacable carga de trabajo.
Sobre ello, a inicios de este verano se hacía público el último acuerdo del consorcio Navantia Seanergies y Windar que beneficiará a la factoría fenesa, donde el próximo verano se iniciará la construcción de 77 monopiles para el parque de eólica marina “Báltica 2”, que desarrollarán y explotarán la multinacional danesa Orsted y el grupo energético polaco PGE. El contrato supondrá 1,5 millones de horas de trabajo durante dos años, generando unos 450 empleos.