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miércoles | 15 mayo | 2024
La antigua nave del mercado de abastos ya es historia y el espacio libre dejado hace pensar en sus nuevos usos como plaza y lugar de esparcimiento. Sin embargo, los edificios anexos a la cuesta de Mella siguen en pie. Son los locales de ensayo municipales, que continúan con su actividad pese al ruido que han ocasionado los trabajos, los escombros que se han ido generando, el vallado en las zonas de acceso y el polvo y la suciedad que toda obra de estas características desprende.
Las instalaciones, de las que hacen uso unas 100 personas, se han mantenido funcionando en horario de tarde adaptando únicamente la apertura de algunos días a la hora de conclusión de los trabajos de demolición –que finalizan a las 17.00 horas–.
Los usuarios de los locales dudaban sobre la seguridad de las instalaciones, encajonadas en el medio de unas obras, pero tras haberse comunicado con la empresa gestora, se les dijo que la actividad continuaba y así lo hicieron, aunque fuese preciso apartar vallas para acceder a los bajos y tuvieran que afanarse en la limpieza, debido al estado de las instalaciones.
Una vez derribada la nave sin uso y como quiera que la obra proyectada no les afecta en cuanto a cambios en su edificación –tan solo se contempla un cambio en la cubierta del pasillo y el pintado de la fachada–, las dudas surgen ahora sobre el futuro de estas instalaciones.
Como explica la responsable de los locales, Nerea Carballeira, en el primer proyecto, cuando se analizaron las medidas a tomar con la joyería y establecimientos del pasillo, los locales no aparecían. En el proyecto final, en el que se recoge la plaza con zonas de juego, bancos y terrazas de hostelería, “os locais de ensaio están ausentes novamente”.
Se trata de un servicio municipal del que dependen un centenar de músicos de la zona y que ha tenido muy buena acogida desde un principio, pese a las vicisitudes que ha pasado en el mandato anterior.
Los usuarios solo quieren saber si habrá una futura ubicación o si permanecerán en estas instalaciones, pero no se ha contado con ellos para tomar ningún tipo de decisión ni se les ha transmitido cuál será el futuro del servicio.
Además de esta incertidumbre, todavía es más importante otra cuestión que sigue sin resolver: la gestión de estos espacios.
El servicio se encuentra sin contrato en firme y, tras haber permanecido cerrado durante más de un año, se consiguió con las protestas del colectivo y el apoyo cultural abrir de nuevo, con un contrato temporal mientras se trabajaba en una gestión definitiva. A esto siguen esperando.
Aunque no han tenido todavía ningún contacto con el nuevo gobierno para saber cuál es su posición al respecto y reconocen desde la gestión de los locales que es pronto porque acaban de aterrizar, esta será una de las cuestiones a las que tendrá que haber frente el ejecutivo de José Manuel Rey Varela
