El cambio en la ordenanza municipal de ruidos motiva la reivindicación de algunos de los establecimientos de hostelería de Ferrol, como Route 66 o Dekantat, que se ven afectados al no poder organizar las sesiones extraordinarias con las que solían salirse de la oferta habitual.

Este es el caso que relata Esther Santiago, de Route 66: “Como café-bar, tengo seis permisos extraordinarios al año para hacer conciertos”, de los cuales el último solicitado fue denegado por precisar “requisitos que cumple ya un café-concierto”, una licencia por la que ya no necesitaría realizar dichas peticiones.

La responsable traslada que sus sesiones, como la que tuvo que cancelar del dúo MilóManos, se celebraban siempre de 20.00 a 22.00 y en interior, de la misma manera que en Dekantat, aunque en este espacio de 13.00 a 16.00 horas.

Esto es lo que detalla desde el local Cristina Veiga, que llegó a ser multada por una de las actuaciones que solía ofrecer Fran Nogueira, en la que había “solicitado permiso para hacer un concierto y lo que tenía eran dos altavoces con un chico cantando”, expresa.