La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña acogió este miércoles la primera de las dos sesiones del juicio contra un ferrolano acusado de tratar de importar cocaína desde Paraguay.
 

Durante la vista, el acusado, con antecedentes penales “susceptibles de entenderse cancelados”, afirmó que el paquete “no era para él” y que era víctima de un caso de suplantación de identidad. “Alguien usó mi nombre, mi número de teléfono y mi anterior dirección, yo no hice ningún pedido”, sostuvo.

En este sentido, el hombre relató que creía que “algún toxicómano” se había hecho con sus pertenencias “en el fumadero” al que acudía para consumir estupefacientes. Respecto al teléfono encontrado entre sus efectos y usado, al parecer, para realizar el pedido, el acusado aseveró que lo había adquirido “en el mercado negro” y que lo habían usado “muchas personas”, además de no estar a su nombre.

La detención

Los hechos, por los que se solicita una pena de siete años de cárcel y una multa de medio millón de euros, se remontan al mes de septiembre de 2024. La detención se produjo después de que el servicio de aduanas del aeropuerto de Madrid-Barajas detectase un paquete con 48 latas de picadillo de carne que en el escáner de rayos X mostraba una densidad mayor de la que debería. 

Una vez abierto, los agentes de la Guardia Civil descubrieron que cada uno de los elementos tenía un doble fondo, albergando en total  más de cuatro kilogramos de cocaína. El hombre, de este modo, fue aprehendido en Ferrol tras concertar los agentes un encuentro para la recepción del paquete, que fue entregado en la avenida do Mar, en Caranza.