La falta de alegaciones al proyecto dificulta los cambios en el nuevo servicio de transporte

La falta de alegaciones al proyecto dificulta los cambios en el nuevo servicio de transporte
El usuario todavía no se ha adaptado al nuevo servicio | daniel alexandre

Las Asociaciones de Vecinos de las zonas rural y urbana disponen hasta la jornada de mañana para presentar sus demandas sobre el servicio que presta desde el día 1 la empresa Alsa dentro del Plan de Transporte Metropolitano.

Aunque algunas deficiencias ya se han subsanado –el autobús que viene de la zona rural con alumnado de institutos de la ciudad los deja ya en las proximidades de los centros educativos y no en la estación o en Joane como hizo los primeros días–, otras es más complicado que puedan tener solución, ya que la empresa cumple un pliego de condiciones del contrato que no recoge algunos recorridos que se demandan desde el movimiento asociativo vecinal.

La presidenta de la AVV de Caranza, Mapi Rodríguez, se reunió ayer con el jefe territorial de Infraestruturas e Mobilidade, José Antonio Álvarez, para analizar las posibilidades de cambios en las rutas existentes.

La representante vecinal se mostró sorprendida al comprobar que la concesionaria no hacía sino cumplir un pliego de condiciones que, como se le explicó desde la jefatura provincial de la Xunta, recogía rutas, horarios y servicios que no había sido rebatidos desde el Concello, con las alegaciones pertinentes. Así, desde la AVV de Caranza se acusó al anterior gobierno local, capitaneado por Jorge Suárez, de no haber aceptado la gestión del servicio por parte del Concello, pese a los requerimientos que se le enviaron desde la Xunta. Por eso, se realizó una anteproyecto desde la administración autonómica que fue remitido en enero de 2019 al Concello y que se corresponde con el aprobado actualmente, sin que se presentaran alegaciones o consultas con las entidades vecinales a respecto de las necesidades de los barrios y parroquias.

La línea que unía Caranza con el centro a las 6.20 horas ha de-saparecido y se ve complicada su recuperación –en el contrato figura estipulado el número de líneas, autobuses y horarios–. Otras modificaciones, como adelantar el horario del bus que va hacia la residencia y que llevaría a los trabajadores que entran a las ocho de la mañana,  parecen más factibles.

La presidenta de la Asociación de Vecinos de Caranza acusó al gobierno de Suárez de “vendernos durante dos años“ y no haber informado a las entidades de las condiciones del contrato para poder presentar propuestas o cambios.

También se expusieron ayer ante la delegación territorial cuestiones como la numeración de las líneas, distinta para la ida y la vuelta, en servicios como el del anterior anterior 3, lo que lleva a errores al usuario, o la emisión de dípticos informativos en un tamaño de letra ilegible.

La falta de alegaciones al proyecto dificulta los cambios en el nuevo servicio de transporte

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