Érika Reija reivindica el papel de la mujer en la prensa y zonas de conflicto

Érika Reija reivindica el papel de la mujer en la prensa y zonas de conflicto
El momento de la entrega del premio | jorge meis

Dieciocho años lleva ya el Club de Prensa de Ferrol y el Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia (CPXG) otorgando el Premio Couso de Liberdade de Prensa, distinción que ese año recayó en Érika Reija (Lugo, 1981) y que ayer recogió en el Torrente Ballester arropada por familiares y amigos.


En el acto también estuvieron presentes miembros de la familia de José Couso, a quien Reija agradeció su presencia en el mismo y les trasladó su deseo de que logren la ansiada justicia para el cámara ferrolano asesinado en Bagdad. La propia Reija explicó a los presentes que Couso había sido y es un referente para ella en su carrera, pues su muerte y las circunstancias en las que la misma se produjo le habían impactado creciendo en ella desde entonces un gran interés por las zonas de conflicto y poder informar desde ellas. “Yo entonces estudiaba en Francia y me trasladaba con mis compañeros a París a todas las manifestaciones que se convocaban para pedir justicia para Couso”, recordó. También tuvo palabras para su abuela, la primera que le explicó que para poder contar noticias creía que había que “estudiar periodismo”.


La mañana de Érika en Ferrol fue muy completa pues a las 11.00 horas se produjo la recepción oficial por parte del alcalde de Ferrol, Ángel Mato junto a otros miembros de la corporación municipal. También se la invitó a firmar en el libro de honor de la ciudad, en el patio del Cetro Torrente Ballester y se le entregó una réplica del Monumento al 10 de Marzo de 1972.


Tras el recibimiento, Érika Reija participó en la ya habitual entrevista pública que estuvo en esta ocasión dirigida por la periodista Paticia Hermida, con quien habló entre otros asuntos sobre la manera abrupta en la que debió abandonar Rusia, ciudad en la que llevaba viviendo cinco años y de la que aseguró “sentirse una ciudadana más”. Como ya comentó a Diario de Ferrol en la entrevista publicada ayer, Reija narró la dureza de los últimos días allí y cómo fueron esos momentos ejerciendo una profesión que empezó a estar perseguida si uno se salía del esquema establecido por el Kremlin. “La situación era tal que en nuestras crónicas no se podía emplear la palabra guerra o conflicto”, afirmó. Las medidas de control y censura llegaron a ser tan insoportables y asfixiantes que acabaron con toda la prensa independiente internacional fuera del país, ya que por el mero hecho de informar podían acabar en la cárcel.


Agradecimientos

Reija tuvo palabras de agradecimiento para sus compañeros en la corresponsalía de TVE, sin quienes no podría desarrollar su trabajo y también se acordó de los suyos así como de las compañeras de la Asociación Contamos el Mundo, de la que forma parte.

La premiada también aplaudió a la organización que la hubieran elegido como premiada y mostró su sorpresa porque hasta la fecha el José Couso a la Libertad de Prensa solo lo hubieran recibido tres mujeres antes de ella: Rosa María Calaf, quien le confirmó a que guardaba con gran cariño el premio, uno de los que más ilusión le habían hecho en su carrera, así como a los miembros de la organización. También se sintió honrada de tomar el testigo de las otras dos grandes profesionales que, como ella, recibieron el galardón, Julia Otero y Mónica García Prieto. Reija apeló también a la importancia de dar visibilidad a la mujer en los medios y especialmente en los conflictos armados, “donde somos muchas y debemos dar visibilidad a esas mujeres de la guerra”.


El acto culminó con la habitual ofrenda floral ante el monumento “As Ceibes”.

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