La ceremonia de toma de posesión del nuevo almirante jefe del Arsenal culminó con el himno de la Armada y el desfile de la Fuerza, que contaron una vez más con el acompañamiento musical de la Unidad de Música del Tercio del Norte. El nuevo almirante jefe, antes de compartir con sus invitados un aperitivo en la Sala de Armas del antiguo cuartel, atendió por primera vez a los medios de comunicación. Reiteró ante los micrófonos que su nueva responsabilidad tiene una connotación “emocional para mí y mi familia porque esta es nuestra casa, son nuestras raíces, y volver después de tantos años es una maravilla, una locura”.
En el ámbito profesional, reconoció que llegaba de “un destino buenísimo, de mandar el Grupo de Combate Expedicionario Dédalo, que ha sido un sueño. Pero, para destino de vicealmirante, no se me ocurre uno mejor que el Arsenal. Y además viendo a todos los barcos en los que he navegado tanto tiempo. Es una alegría estar aquí”.
Afronta “con respeto” los retos que le enumeró su predecesor, aseverando que se trata de desafíos “muy grandes”. No obstante, señala que se siente tranquilo al saber que contará “con el apoyo, asesoramiento y mentorización de Frutos como jefe” y confía en “la magnífica dotación que tiene el Arsenal. El personal que tenemos es de lo mejor del mundo y gracias a ellos sacaremos adelante cualquier encomienda”.
Preguntado por el contexto bélico con epicentro en Oriente Próximo y la posibilidad de un despliegue en la zona, reconoce que la actual es una situación “muy complicada” y que “algunos barcos se están preparando”, sin poder entrar en más detalles por no haber podido recibir por el momento, como recién llegado, una información más detallada.
Avanzó, eso sí, que “la Armada siempre va unos pasos por delante de los acontecimientos para que, Dios no lo quiera, si hay que actuar para evacuar a nuestros compatriotas en Líbano, estemos preparados para hacerlo de la forma más rápida y eficaz, como se ha hecho en otras ocasiones en Sudán o Afganistán”.
En este sentido, reiteró que “desde luego, las F-100 son las mejores escoltas del mundo, por eso van a todo. Son barcos magníficos con dotaciones magníficas y detrás está el Arsenal apoyándolos”. Precisamente, sobre la modernización de media vida de estas fragatas, de la clase “Álvaro de Bazán” y que fueron botadas en el astillero ferrolano entre el 2000 y el 2010, Gonzalo Villar reconoció que “sé que hay un proyecto, que me tocó iniciarlo cuando mandaba la 31ª Escuadrilla, y espero que dentro de poco tengamos buenas noticias sobre su financiación para empezar a acometerlo. Pero, como he dicho, a día de hoy no hay un barco mejor. He estado con las principales marinas del mundo y todas nos las piden”.