La calle de la Iglesia, la más moderna de Ferrol, mezcla nuevas aperturas con comercio tradicional

La calle de la Iglesia, la más moderna de Ferrol, mezcla nuevas aperturas con comercio tradicional
Calle de la Iglesia remodelada | Jorge Meis

Casi dos años de obras cambiaron la vida a los negocios y vecinos de la calle de la Iglesia. Primero por el suplicio que supuso todo ese tiempo afectados por los trabajos y ahora, un año después de su apertura, porque esta soleada calle, de aceras anchas y más centrada en el peatón, empieza a resurgir. Prueba de ello son los andamios en rehabilitaciones en las primeras manzanas en dirección al Callao, los bajos acondicionados ya para el sector comercial y los emprendedores que han elegido esta calle para instalarse.


También las persianas de los puestos exteriores del mercado comienzan a subirse en este resurgir que combina ahora los negocios de toda la vida con los nuevos.

 

Hostelería

La zona más próxima al Callao siempre ha sido bulliciosa. Así lo   confirma el presidente de la asoción de comerciantes de A Magdalena, Olegario Álvarez –también propietario de varios establecimientos en la calle de la Iglesia–. Comercio y, sobre todo, hostelería –Strato, Ankha, Zahara, Bonilla, entre otros– cuentan con una amplia representación en esta parte de la calle en dirección Callao, siempre llenos y siendo referencia para ciudadanos y visitantes.


Aunque el número de negocios ya era alto, se han producido también nuevas incorporaciones como el Galician Food, de comida para llevar, o el Zatalúa, que abrirá un negocio de hostelería pegado a su tienda de comestibles, además del movimiento que apunta a un renacer del carismático Tupinamba.


Menos actividad se vivía en las primeras manzanas. En la más próxima a la cuesta de Mella sus bajos están destinados a garajes. Es una manzana residencial, en la que asoman solo algunos clásicos como el centro de masajes Tosi

 


Es la zona más cercana al mercado la que ha experimentado un resurgir, sobre todo en el aspecto constructivo. Prosema luce varios carteles en inmuebles completos que ya están o se encuentran inmersos en rehabilitaciones y que han dado lugar a edificios modernos sin perder la esencia que tenían. No solo es esta constructora, sino que ya se ve algún volumen completo, incluido el bajo comercial, listo para ser ocupado.

Prosema
Prosema


Ha habido también cierres, pero que han servido para reiventarse. Telas Santy echó el cerrojo tras varias décadas –en su zona ya se encontraba antes que él otra tienda de telas, Tejidos Dopico, recuerda el presidente de los comerciantes de Ferrol–, pero su negocio ha sido sustituido por otro de telas, que además aporta confección, Patri.

 

 

 

También un clásico, Cobelo, dejó un gran vacío en la calle de la Iglesia. Ahora, está abierto al público de forma temporal para la venta de muebles y otros objetos de decoración. Asimismo, otro bajo desocupado ha reabierto como venta de objetos antiguos y de segunda mano. Son negocios efímeros pero que permiten mantener los bajos con ocupación y la calle con más vitalidad.


En la fachada del mercado que da a Iglesia ya hay dos nuevos negocios de hostelería, Da Terra y Tonecho, y pronto abrirá una herboristería y una bocatería.

 

Bajo rehabilitado
 


Frente a estos, perviven clásicos de la calle de la Iglesia. Los establecimientos de Kenia, Calzados Faíña, El Dique o Elías Rumbo son claros ejemplos, entre otros, de resiliencia. A estos se suman una floristería, una librería, joyería, decoración, comestibles y hasta tres medios de comunicación.

Este resurgir no ha hecho más que empezar. 

La calle de la Iglesia, la más moderna de Ferrol, mezcla nuevas aperturas con comercio tradicional

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