Si alguien dudaba de que la princesa Leonor se había marchado de Ferrol sabiendo al menos tararear el himno oficioso que a la ciudad le regalaron Los Limones, en su discurso de este lunes tras la imposición de la Medalla de Ouro de manos del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda.
Se trata del mayor galardón que entrega la comunidad y le fue impuesto en el Pazo de Raxoi, después de recorrer el tramo que separa el emblemático edificio de otro no menos conocido, el Hostal dos Reis Católicos, ambos en la compostelana Praza do Obradoiro.
Leonor no escatimó en elogios y exaltó la comida gallega y los "furanchos", avanzando que "no voy a tener morriña alguna" porque "a Galicia quiero volver siempre" y confirmando acto seguido que su paso por la ciudad naval será difícil de olvidar aunque no se le haya visto tanto como en Santiago.
"Como escuché al entrar en la ría de Ferrol: aquí está mi hogar donde se acaba el mar", recitó la princesa de Asturias, sonriendo al público, al que confesó que se había sentido como "unha galega máis" durante su formación en la Escuela Naval de Marín:
El alcalde ferrolano, José Manuel Rey Varela, que durante la recepción en el consistorio a los guardiamarinas del "Elcano" el pasado viernes ya había destacado que fueron unos grandes embajadores de la ciudad, se refirió a las palabras de Leonor como "emocionantes" al llevar en su voz "una parte del orgullo de Ferrol" y le repitió que en la urbe "siempre tendrás tu hogar".