El 35% de los consumidores prefiere fijar precios máximos a los alimentos básicos a bajar el IVA, la entrega de cheques a las familias o gravar con impuestos los beneficios extraordinarios de grandes empresas, según reveló una encuesta realizada por Facua-Consumidores en Acción.
En el actual contexto de inflación, con unos precios muy elevados en plena Navidad, la opción más reclamada por los consumidores es la de imponer precios máximos, muy por delante del resto.
Así, la propuesta de bajar el IVA de los alimentos básicos queda a ocho puntos de diferencia por debajo, con el 26,5% de los usuarios que consideran que sería lo más eficaz.
Más alejada está la opción de imponer impuestos a las grandes empresas por sus beneficios extraordinarios, elegida por un 22,4% de los encuestados: el 15,8% refiriéndose a las grandes cadenas de establecimientos y el 6,6% a las marcas de alimentación.
Por su parte, según Facua, solo un 8,7% de los consumidores que participaron en la encuesta se decanta por entregar un cheque a las familias con menos recursos como medida más beneficiosa ante las subidas de precios de los alimentos. La encuesta, en la que participaron 4.963 consumidores de toda España, fue realizada por Facua entre los días 13 y 22 de diciembre.
A la luz de estos resultados, la organización de consumidores señala que la Ley del Comercio permite al Gobierno aplicar precios máximos a los alimentos básicos para evitar la especulación y el perjuicio a los consumidores. “Una medida que la asociación lleva meses reivindicando”, afirma Facua.
Así, el artículo 13, relativo a la libertad de precios, señala que “el Gobierno del Estado, previa audiencia de los sectores afectados, podrá fijar los precios o los márgenes de comercialización de determinados productos, así como someter sus modificaciones a control o a previa autorización administrativa”.
Una capacidad que, según Facua, está prevista en varios supuestos, entre ellos “cuando se trate de productos de primera necesidad o de materias primas estratégicas” y “excepcionalmente y mientras persistan las circunstancias que aconsejen la intervención”.
La economía española desaceleró su crecimiento trimestral casi dos puntos entre julio y septiembre, hasta situarlo en el 0,1%, frente al 2% del trimestre anterior, debido, sobre todo, al frenazo de la inversión y a la moderación del consumo de los hogares, según los datos publicados ayer por el INE.
Este crecimiento del 0,1% es una décima inferior al avanzado el pasado 28 de octubre, cuando el INE estimó un avance trimestral del PIB del 0,2%.
El instituto estadístico también revisó los datos del primer y segundo trimestre del año, pero al alza. La economía española creció entre abril y junio un 2%, medio punto más de lo que se publicó en su día. De esta forma, el ritmo de crecimiento del PIB se desaceleró 1,9 puntos entre el segundo y el tercer trimestre del año.
En el caso de la revisión del primer trimestre, se pasó de una tasa negativa del -0,2% a un crecimiento del PIB entre enero y marzo del 0,1%.
El crecimiento trimestral del 0,1% se debe, entre otros factores, a la desaceleración del consumo de los hogares, que solo aumentó un 0,1% entre julio y septiembre, lo que supone 1,6 puntos menos que en el trimestre anterior. l