Casi ha pasado una semana desde que Sofía Couce logró el bronce por equipos en el Campeonato de Europa de Jóvenes 2025 que se disputó en Ostrava (República Checa) y todavía no lo ha asimilado del todo. Para la naronesa es una alegría inmensa haber sido partícipe de este hito. 

“Estoy muy contenta por haber conseguido esta medalla. Haberla logrado en un Campeonato de Europa se va a recordar siempre. Estoy muy feliz, a pesar de sólo haber podido jugar un partido, que fue el primero, pero estar aquí no es fácil”, asegura la naronesa, que reconoció que le hubiese gustado haber jugado más.

“Da un poco de lástima no poder ayudar más desde dentro, pero se entiende porque había una compañera estaba prácticamente igual. Lo que pasa es que ella estaba jugando mejor, así que para qué cambiar si la cosa va bien. No tenía sentido”, indica a la vez que añade que “ella lo había hecho muy bien y se lo merecía. Entonces, intenté ayudar como fuese posible”.

Y es que para ella, antes que lograr su propio beneficio, está apoyar a sus compañeras porque “lo importante es lo que consiga el equipo. Fuimos una piña durante todo el campeonato. Aunque es un poco duro porque dos nos quedamos sin jugar, pero se notaba que había unión y eso fue clave para conseguir ese bronce”.

Precisamente, esa medalla estuvo a punto de ser de otro color, pero en una eliminatoria muy reñida con Ucrania, que tenía en sus filas a una de las mejores de Europa, si no la mejor, se escapó.
“La semifinal se nos escapó por pequeños detalles. Sabíamos que contábamos con dos puntos menos porque la mejor jugadora es de allí, por lo que sabíamos que darlo todo para conseguir los segundos y terceros. La pena fue que en el tercer partido, estuvimos a punto de ganarlo, pero se nos escapó al final. Aun así, pienso que estuvimos muy bien”, apunta una Sofía Couce, que vivió con mucha emoción los partidos.

Los nervios

Quizá esa tensión y el cansancio le pesó mucho en el cuadro individual, que se quedó a sólo un set de pasar a la siguiente ronda, y en el dobles mixto. Con todo, ella apunta a otro factor que fue decisivo para no conseguir ese objetivo.

“Sí que tuve poco tiempo de descanso, pero lo que más pesó fueron los nervios. Estaba muy nerviosa y me bloqueé. En el momento en el que tu mente se bloquea, que es lo que me pasó, es complicado salir. Había que intentar seguir con todo aunque no estuviese dando mi nivel. El consejo que me doy a mí misma, a partir de ahora, es aguantar como sea y ganar jugando bien o mal”, asevera la naronesa.

A pesar de ese problema, la del Priego de Córdoba vivió una experiencia única, en la que no se volvió de vacío y aprendió mucho para seguir creciendo como jugadora.