Tanto puede hablarse de cantidad como de calidad al abordar lo que ha sido el arranque de este tramo final de la campaña de abonados: si la semana pasada había quien se plantaba en A Malata la noche anterior al arranque de las renovaciones, este pasado domingo a la tarde más de uno ya rondaba el exterior de las oficinas, dispuestos a todo para no quedarse sin su hueco ideal en el estadio.
En esta ocasión, un grupo de adolescentes ocupaba el puesto de honor en la cola; algunos habían llegado a las 16.00, otros, a las 19.30 horas del domingo y explicaban que hacerse con los abonos en presencial era la apuesta segura, algo en lo que coincidían muchos racinguistas.
Y es que la temporada anterior las altas online le jugaron una mala pasada a buena parte de quien esta mañana se armaban de paciencia y esperanza, ya que las aglomeraciones se producen también en la red. "Por eso y por seguridad", explicaba uno de los chicos junto a la entrada, "porque ya lo pagas en el momento y ya te dan el carné, y a parte la experiencia de estar aquí, el tiempo pasó bastante más rápido de lo que esperaba", relataba.
En la punta opuesta, Lucía llegaba media hora antes de que abriesen las oficinas. "Mientras mi madre lo hace online, yo vengo a la cola y si ella lo hace más rápido ya marchamos", contaba la joven. A ellos se les pasó el período de renovaciones, por lo que tocaba conseguir de nuevo el abono.
"Si a última hora se pone a funcionar internet, a ver si los de aquí llegamos a tiempo. El año pasado no fuimos capaces", decía Manuel, otro racinguista. Él y su familia eran de los madrugadores, de los que llevaban allí desde las 23.30 horas, "ni relevos ni nada, sentados en una silla y a aguantar". El objetivo era lograr asientos en tribuna, pero consciente de que la oferta allí era muy escasa de partida, se conformarían con un sitio en fondo norte o sur, este último, el rincón más solicitado por quienes se encontraban allí.
Cuando las cosas empezaron a circular, era habitual que a los nuevos abonados los parasen en la salida quienes todavía esperaban. Dos amigas, poseedoras ahora de los carnés número 9.277 y 9.278, transmitían a más de uno las opciones que quedaban. "Salieron de dentro una vez para anunciar que fondo sur casi nada, tribuna casi nada, y que de lo que más quedaba era preferencia, pero ahora al escoger nosotras quedaban más bien sitios sueltos y una sola fila entera en fondo sur", algo que contaban cuando todavía quedaban cinco horas para el cierre de oficinas y una cola que se perdía de vista al voltear la esquina.
Ellas son de las que se decantaron por dos sitios en preferencia, como argumentaban, "para poder tener visibilidad en ambos campos, así las jugadas las podemos ver perfectamente". El año anterior habían seguido al club comprando entradas para cada partido, pero ahora se subían de forma definitiva a la nave verde, y si bien se podían escuchar opiniones de todo tipo sobre lo que esta temporada le depara al Racing, ellas eran de las optimistas, "hay mucho que trabajar porque son casi todos nuevos, pero yo creo que se puede hacer una buena temporada", sentenciaban.