Ya está en marcha la puesta a punto del Racing para el segundo tramo del campeonato liguero. Después de nueve días de vacaciones, el equipo ferrolano dio comienzo con una doble sesión de entrenamiento –por la mañana, en el gimnasio de A Malata; por la tarde, en el campo de hierba natural de A Gándara– a la preparación de unos meses en los que se jugará la posibilidad de luchar por el ascenso a Segunda.
El cuerpo técnico liderado por Cristóbal Parralo dirigió un par de tareas en las que la del defensa hispanoargentino Bourdal, con permiso del club, fue la única ausencia entre los disponibles. Tampoco estuvieron presentes los lesionados –el portero Diego Rivas, recientemente operado, y el lateral derecho Luca Ferrone, inmerso en la recuperación de su rotura en el menisco–, mientras que el resto estuvieron a las órdenes de los preparadores.
A falta de más de una semana para retomar el campeo nato liguero –el primer partido de 2023 será el que lo enfrente el sábado de la próxima que viene al Celta B–, la plantilla racinguista seguirá ahora el trabajo de readaptación al ritmo de competición. A ello ayudará, además, el amistoso que lo enfrenta mañana al Lugo.