El Racing de Ferrol se gana su regalo (0-1)

El Racing fue bueno, muy bueno, este año, por eso su regalo navideño es excelente. La victoria que consiguió sobre el Valladolid le hace llegar al ecuador del campeonato liguero en la segunda posición de la tabla clasificatoria, que al final del campeonato le haría ascender a Primera. Así que, aunque su primera misión es asegurar cuanto antes la permanencia en el fútbol profesional, poco a poco empieza a soñar con algo que escapa de todo lo que se podía presagiar.

Enfrente del Racing estaba hoy el mejor local de la categoría, pero en realidad el Valladolid no fue tan fiero como lo pitaban. Al contrario, a pesar de su empuje inicial, enfrente el equipo ferrolano consiguió minimizar los ataques de su rival, que trataba de imponerse en el centro del campo pero no era capaz de hilvanar juego como para generar ocasiones. De esta manera, el primer tramo del encuentro se cerró con un cabezazo desviado de Monchu en lo que la primera ocasión de todo el partido.

Con el paso de los minutos el cuadro verde se iba encontrando más cómodo y, con su fórmula habitual –la verticalidad y los centros de Carlos Vicente y sobre todo Heber Pena desde las bandas–, empezó a acercarse a la portería. A pesar de que su primer disparo peligro llegó por el centro, un lanzamiento de Iker Losada que se fue ligeramente desviado, en realidad el Racing empezó a ganar el partido por los costados... que fue como llegó el gol que abrió el marcador. Un pase de Heber Pena a la colada de Iker Losada permitió a este servir en bandeja la pelota a Álvaro Giménez, que remachó la pelota a las mallas.

El tanto desató cierta intranquilidad en la afición local, que empezó a protestar por ver que su equipo era incapaz de meterlo mano a un rival que estaba mucho mejor plantado. Una acción puntual, sin embargo, estuvo a punto de salvarse cuando el colegiado consideró como penalti una entrada de Jon García sobre Salazar. Sin.embargo, la revisión del VAR lo sacó de su error y el partido llegó al descanso son la mínima ventaja del cuadro verde.

Empuje

Salió el Valladolid a la segunda parte con la intención de apretar a su rival todo lo que no había hecho en la primera. Pero, más allá de una mayor intensidad en sus acciones, en realidad apenas fue capaz de generar ocasiones claras. Enfrente, su rival se dedicaba más a mantener la ventaja que tenía y a tratar de aprovechar los espacios que su rival empezaba a dejar, como estuvo a punto de hacer Carlos Vicente con una contra salvada “in extremis” por un defensa de la escuadra pucelana.

A falta de media hora para el final del partido el Valladolid hizo su apuesta por tratar de dar la vuelta al marcador. La acumulación de efectivos ofensivos hizo que el partido discurriese casi exclusivamente en el campo local, aunque en realidad el empuje de la escuadra local no llegó a traducirse en ocasiones claras como para poder marcar goles por la buena defensa verde.

Los últimos minutos fueron de un asedio total de la escuadra local que, sin embargo, no fue capaz de generar situaciones para marcar más que a través de centros laterales y jugadas a balón parado. Enfrente, al cuadro verde le bastó con defenderse con orden para, de esta manera, mantener la victoria que estaba consiguiendo y sumar tres puntos que le hacen estar instalado en un sueño que espera que duren.