“El equipo ha tenido una capacidad de resiliencia y fortaleza mental clave, pero el público, en estas situaciones ayuda. En estos momentos jodidos, jugar en casa, con más de 3.000 personas, fue decisivo”, así habló Gerard Casas después del primer partido de la final en la que O Parrulo Ferrol superó al Málaga Ciudad Redonda por 4-0.
El técnico catalán fue consciente en todo momento de que no iba a ser un partido fácil y de que el conjunto malagueño les iba a apretar mucho. “Les dije a mis jugadores que tenían que estar preparados mentalmente para los momentos jodidos. Había que ser capaces de ponernos chaquetas distintas. Contra EJido fuimos el mismo equipo todo el tiempo, pero hoy era imposible. Durante momentos nos han sometido, pero hemos sido capaces de aguantar”, señaló.
Ese ejercicio de resistencia tuvo el premio de la victoria, pero todavía queda mucho trabajo por hacer y el preparador lo sabe. Por ello, pide a sus jugadores que “ahora lo más peligroso es la resaca emocional. Es muy bonito vivir días así. Precioso. Pero hay que olvidarlo rápido para estar concentrados para el partido del próximo viernes”.
Allí, en Málaga, les espera otra batalla. Quizá la última de la temporada y en la que esperan salir victoriosos para cumplir el sueño de regresar a Primera División.