¿Y si Fernando Alonso no tuviese para ruedas?

¿Y si Fernando Alonso no tuviese para ruedas?
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¿Le gustaría pasar un día completo conociendo cómo es la vida de un deportista olímpico? ¿Quiere disfrutar de un entrenamiento personalizado de la mano de uno de los mejores arqueros del país? Ahora puede. Gracias a la campaña de micromecenazgo que ha emprendido Miguel Alvariño, por una módica aportación, cualquiera puede disfrutar del asesoramiento y la compañía del deportista pontés y, de paso, colaborar activamente en la preparación que desarrolla con los ojos puestos en los Juegos Olímpicos que este verano se celebrarán en Tokio.

Y es que a estas alturas todo el mundo sabe ya que vivir de una actividad deportiva es un privilegio al alcance de un selecto grupo de privilegiados. Si de deportes de los considerados minoritarios se trata entramos ya en el campo de la utopía. Por eso incluso deportistas olímpicos y considerados de alto rendimiento como el arquero de As Pontes deben buscarse la vida y echarle algo de imaginación para seguir en la primera línea de su disciplina. 

Miguel Alvariño es reacio a posicionarse al respecto, pero cuando valora el respaldo que reciben deportistas como él no puede evitar ser muy pesimista: “Llegará el día en que tengamos que dejar de hacer deporte, porque es una vergüenza que nos tengan sin apoyo”, lamenta. 

Alvariño se ha beneficiado en los últimos años, gracias a sus éxitos deportivos, de varias becas institucionales, pero las ayudas públicas son insuficientes para competir al más alto nivel y la iniciativa privada es reacia a invertir en disciplinas desconocidas para muchos como el tiro con arco. Asesorado por su pareja, la también arquera Cristina Castro, solicitó el respaldo de más de setenta empresas gallegas y españolas en busca de un mínimo respaldo, pero ninguna puerta se abrió. “La mayoría ni contestaron”, incide. 

Y es que, da igual que Alvariño fuese olímpico en Río’16, que venciese los Juegos Europeos de Bakú, que ganase varias Copas del Mundo o que llegase a ocupar el quinto puesto del ranking mundial de arco recurvo... A la hora de la verdad, el respaldo que un deportista como Alvariño recibe es mínimo para todo el esfuerzo y dedicación “y eso es lo que más me ha defraudado de este deporte”. 

Iniciativa
Así que cuando la firma Patrocinalos le propuso este proyecto de “crowfunding” no se lo pensó mucho. Aunque la cifra está lejos de ser la que realmente necesita, fijó en 2.000 euros la cuantía que quería sufragar y elaboró una lista de prestaciones que, a partir de 10 euros y de forma proporcional a los servicios prestados, cualquiera puede aportar a su causa a cambio de menciones en redes sociales, una camiseta oficial dedicada, entrenamientos a media jornada, vivir un día a su lado, exhibiciones en eventos y empresas. 

También puede realizar una mera aportación, que es de lo que se han nutrido los 443 euros que lleva recaudados gracias a amigos, familiares y compañeros del tiro con arco. “A la gente le cuesta animarse y a mí no me gusta andar rogando”, reconoce, “es como si Fernando Alonso tuviese que mendigar para comprarse las ruedas del coche”, equipara. Pero cualquier ayuda es poca y Alvariño agradece especialmente esa ayuda de gente que ni siquiera conoce.  

Para que se hagan una idea de cómo se mueven las cosas en esta disciplina. La cantidad que Alvariño “reclama” es lo que le cuestan cuatro docenas de flechas de las que solo entre 12 y 18 le sirven para competir y el resto le valen poco más que para entrenar, “porque la fábrica no elige las mejores, las más iguales entre sí. Las vende todas y después cada uno selecciona las que valen”.

Un complicado escenario con el que lidiar pero que, sin embargo, no va a apartar a Miguel Alvariño de ese gran sueño que es para él acudir por segunda ocasión a unos Juegos Olímpicos. Para ello está embarcado en un largo y complicado proceso de selección promovido por la Federación Española para asignar las vacantes –por el momento solo una pero hay posibilidad de conseguir otra por equipos– con las que España cuenta para Tokio. Una meta con la que el pontés se ha volcado con dedicación plena a su preparación: “Este año lo he invertido todo, tanto a nivel económico como en dedicación y sé que si voy a los Juegos voy a dar guerra”. Este año el entrenador y arquero Xaquín Mira se ha hecho cargo de su preparación, lo que ha tenido unos efectos más que positivos para él, que reconoce sentirse “muy ilusionado y motivado, mejor psicológica y técnicamente que nunca. Conseguir la clasificación depende también de la suerte, pero que no me quede con la cosa de que no he conseguido los resultados por no haber entrenador”.

¿Y si Fernando Alonso no tuviese para ruedas?

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