El zaragozano Julián Delmás se encuentra en un momento de “pausa” dentro de las filas verdes, después de disputar los dos primeros choques y que una tarjeta roja en el duelo ante el Oviedo le llevase a tener que ver a sus compañeros desde el banquillo en el choque siguiente, ante el Sporting de Gijón.
Cubero supo aprovechar esta ausencia accidental del maño, que asume esta situación temporal señalando que “esto es fútbol y cuando llevas años en esto sabes que cada partido tienes que darlo todo. Está muy bien que haya dos jugadores por posición, que haya competencia y que tengas que dar el máximo para jugar”, añade, “yo sigo entrenando día a día para, en cuanto el míster lo considere oportuno, estar ahí”.
Y, precisamente en Zaragoza, en casa, espera Delmás que sea su “ahí”. “Por supuesto que sería un partido importante para volver”, comenta sonriente, “es mi club, es mi casa y es un partido que me gustaría jugar y ganar. Las últimas veces que me enfrenté a ellos les costó bastante ganar a los equipos en los que estaba”, recuerda. Con esta previa y con la confianza del buen arranque verde, Delmás mantiene su optimismo de cara al duelo del próximo lunes ante el, hay que recordar, líder invicto. “Tenemos muchas virtudes, hay que sacarlas a relucir y el lunes es un gran día para eso”, comenta, “sí que el Zaragoza llega sin conocer la derrota, pero creo que con nuestras armas podemos ganarles”.
Delmás y sus compañeros vuelven a casa, a A Malata, y lo hacen tras comenzar a trabajar esos pequeños detalles que se tradujeron en su primer traspié de la campaña ante un “Eibar que necesitaba ganar sí o sí y que metió las que tuvo”, señala el zaragozano, “los rivales te ven y conocen tus puntos débiles”. Es su regreso al campo ferrolano, y en un duelo importante y emotivo, no sólo para él si no también para los asimismo exzaragocistas Carlos Vicente, Clemente, Bernal, Álvaro Giménez y un Merino que, como ya se anunció, no jugará por la citada “cláusula del miedo”.