“Bastante normal”. Así calificaron muchos conductores en la jornada de este miércoles el estado de la circulación sobre el puente de piedra por donde discurre la N-651 y que une los municipios de Pontedeume y Cabanas. 

Tal y como se había anunciado por parte del Gobierno –las obras las ejecuta el Ministerio de Transportes y Movilidad Urbana, con una inversión de 6,7 millones de euros sufragados por los fondos europeos Next Generation– y de ambos Consistorios, a través de un comunicado conjunto, los trabajos se retomaron en torno a las nueve de la mañana, con el objetivo de no entorpecer el acceso a los centros educativos, y se prolongarán hasta el próximo 20 de junio. A partir de esa fecha, la intervención se pausará en la época estival –en la que se registra un mayor volumen de desplazamientos– para reanudarse en el mes de septiembre.

“A la una de la tarde el tráfico era fluido, en comparación a los atascos que se produjeron de la otra vez”, comentó un usuario de la vía. Y es que este era uno de los temores que rondaba por la cabeza de los vecinos y vecinas tras el anuncio de que se retomarían las obras. 

El alcalde de Pontedeume, Bernardo Fernández, confirmaba el buen comienzo de las tareas en las primeras horas, asegurando que “apenas hay tiempos de espera. De hecho, me lo acaba de comentar una vecina que se desplazó a Ferrol, que venía encantada de la poca espera que había habido”. 

Y es que, a diferencia del pasado, las retenciones no superaron en esta primera jornada los 15 minutos, con una media de unos diez. “Todo va según lo que acordamos con la dirección de obra y está funcionando”.

Pese a ello, son muchas las voces que demandan que los trabajos se acometan en horario nocturno y, sobre todo, que se libere el peaje de la AP-9 con el objetivo de descongestionar la circulación entre ambas localidades. “Hai que petar na mesa e que abran a peaxe. Ponte firme, Bernardo Fernández Piñeiro”, comentaba un usuario de Facebook, a lo que el propio regidor respondía: “niso estamos!”.