A estas horas todavía se escuchan aplausos en la plaza de Isabel II. Podría parecer exagerado, pero cualquiera de los que estuvieron este domingo en ese enclave escuchando el Himno Galego en el cierre del Desfile das Nacións Celtas a cargo de la Escola de Gaitas de Ortigueira aprobarían la hipérbole aún con los pelos de punta.
“Hicieron un esfuerzo enorme para reunir a cuatro generaciones de músicos, unos 150 componentes, y completar un espectáculo tremendamente importante a nivel musical y emocional”, valoraba el alcalde, Valentín Calvín, confesando que “ver llorar a los directores, a los integrantes... A gente que conoces porque has vivido con ellos... Es historia viva de Ortigueira y yo mismo me emociono porque lo que vivimos no es para menos”.
La celebración del primer siglo de vida de la Escola fue uno de los pilares de la programación del Mundo Celta 2025, cobrando un especial protagonismo no solo en el izado de las banderas de las naciones celtas que dio el pistoletazo de salida a la cita el miércoles, sino también en el concierto del viernes que reunió a las “xeracións” de mano de los diferentes maestros que estuvieron al frente de la institución.
Desde Xavier Garrote, el fundador, a Rodrigo López, que lleva la batuta desde hace más de dos décadas, sin olvidarse de César Muíño y Xavier Pena Bossa. Todos acudieron a la llamada y pusieron el corazón en cada nota, al igual que los antiguos miembros de la agrupación.
La Escola fue quien inició el desfile a las 11.00 en la Alameda y también la que puso el broche, dirigidos por Garrote, su impulsor en 1975, pasado el mediodía. Entremedias, hubo una gran cantidad de público agolpado en todo el recorrido para no perderse lo que para muchos es uno de los momentos clave del festival.
“Es alucinante cómo son capaces de transmitir tanto los músicos que vienen a desfilar porque todo el mundo está esperando este día”, valoraba Calvín, reiterando que la Escola puso “la piel de gallina con sus ilustres directores y, por supuesto, con Rodrigo, que lleva 21 años al frente, trabajando por Ortigueira, en realidad, porque lo hacen para que brille a nivel musical y no se pierdan nuestras tradiciones”.
En este sentido, reconoce el regidor que es verdad que los bebés orteganos llegan con una pandereta o una flauta bajo el brazo, una metáfora que se hace realidad al comprobar “que además de la banda de la Escola, que es el referente, tenemos la de la parroquia de Ladrido y la de Troula, que es de San Adrián. También la de Ortegal, aunque afincada en Cariño, tiene muchos vecinos de la villa. Es cierto, cuando queremos darle una alternativa cultural a nuestros hijos escogemos la música tradicional gallega”.
Precisamente, Calvín celebró que las bandas locales —de las asociaciones culturales de Gamelas e Anduriñas y las mencionadas de Troula y Ladrido— debutasen este domingo abriendo la última sesión del escenario Estrella Galicia porque, sentenció, “es un honor; que venga gente como Gwendal a tocar y que también toquen los nuestros es muy bonito porque el alma de Ortigueira es la música que se hace aquí y los grandes referentes del panorama celta mundial”.
Además de la cuota local, los últimos compases del evento correrán a cargo de Tiruleque, José Manuel Tejedor y Breo. No obstante, además del desfile, la jornada diurna y vespertina de este domingo, que se centralizó en la novedosa Vila Celta, en el Teatro da Beneficencia y en la Biblioteca con el formato Pequefestival, dejó otros momentos para el recuerdo, como la celebración del 25 aniversario de Mamá Cabra y la actuación de Ansuíña, además de las sesiones y repichocas que todavía llenaron bares como el Río Sor o el mítico Caracas.
Mila Fraga, la técnica de Turismo del Concello de Ortigueira, también multiplicó sus esfuerzos estos días de festival y estuvo tras el mostrador de la oficina de información, uno de los puntos más visitados por los recién llegados y que le permite establecer una radiografía del público de este Mundo Celta 2025.
“En esta ocasión, la gente llegó un poco antes de lo habitual, que también se nota. Son bastantes los que vienen de vacaciones y están una semana por aquí, buscando planes por la zona además de la propia programación”, traslada, analizando que en esta edición se intentó dar a conocer la Vila Celta, con conciertos por el día y rincón de gastronomía gallega, pero también se realizó una ruta de senderismo que fue todo un éxito.
Sin embargo, precisa la técnica, “preguntan mucho cómo moverse, el tema de los aparcamientos y cómo llegar a la acampada” usando el autobús que estuvo funcionando todos estos días. Y es que los espacios para estacionamiento se quedaron pequeños a pesar de ir en aumento por el aluvión de público. Los “folkies”, en este caso, llegaron sobre todo de Galicia y el resto de comunidades, pero también desde Francia, Portugal y Holanda, enumeró.
El Concurso Runas 2025 hizo público el sábado a última hora el fallo del jurado, resultando ganador el proyecto de Xara, una banda madrileña con influencias de la música tradicional asturiana que también se había llevado el favor del voto por Internet.
Vencer en el certamen novel supone embolsarse no solo los 2.000 euros del caché que percibieron, asimismo, los otros dos grupos por su actuación del pasado jueves en el escenario principal (Darach y Rae, Dalama & Carballido), sino que además formarán parte del cartel del Mundo Celta de 2026 y se embolsarán por ello la cantidad extra de 3.000 euros.