Fojeteiros llega a la edad adulta: 18 años de una idea que nació "de carallada" por Narón

Este fin de semana Xuvia acoge el rugir de mil motores gracias a un equipo que ya está pensando en 2026
Fojeteiros llega a la edad adulta: 18 años de una idea que nació "de carallada" por Narón
Luis Leira, Paquito Galaso y Luis Bouza, miembros de la directival del club I GALA POLO

Cuando Gabinete Caligari dijo en 1986 “Bares, qué lugares tan gratos para conversar”, posiblemente no pudiesen sus componentes imaginar que en Narón les tomarían la palabra al pie de la letra. Tardaron 20 años, corría “el 2004 o 2005”, duda más que comprensible cuando se sabe que eran altas horas de la madrugada “cuando nació todo”.

 

El Motoclub Fojeteiros rebasa la mayoría de edad, pero su concentración, que se llevará a cabo este fin de semana, acaba de soplar las 18 velas. Se hace mayor o, más bien, reafirma su consolidación dentro del mundo del motor. La idea nació en el bar O Pozo, y dos décadas después se mantienen fieles a la esencia, celebrando su gran fin de semana a escasos metros del lugar en el que se originó. 


Durante la pasada jornada, y cuando la organización se encontraba en plena parrilla de salida, antes de las 18.00 horas, la carretera de Castilla se vestía de gala. Desfilaban por el asfalto todo tipo de motos e indumentarias, lucidas por una amplia gama de edades, pero que confluían en un punto común: el paseo de Xuvia. Allí estaba el podio y una carpa con capacidad para 600 comensales cuyas entradas (550), comenta la organización, se vendieron en su totalidad.

 

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Un instante de ayer I JORGE MEIS


La historia


“Unos cuantos compañeros empezamos a ir a concentraciones”, recuerda Paquito Galaso, socio fundador, “y nos estábamos llevando los premios al Motoclub más numeroso sin haberlo fundado realmente”, ahí fue cuando llegó el momento del bautizo y “el nombre también fue la idea de un sábado de madrugada”, ríe.
Empieza la historia. Luis Leira, actual tesorero, se unió a la agrupación hace 15 años, “cuando me compré la moto”. No la primera, esa, al igual que Galaso y Bouza, se remonta a otros tiempos, “a cuando teníamos 14 o 15 años y llevábamos vespinos”, comentan cómplices.

 

 

 

“La pasión con la moto nace en uno, las ves y te gustan”, explica Leira, y finalmente te decides a comprar “algo que ande un poco”. Llega la hora de “conocer mundo y pasear, y lo mejor es unirse”. Aquí se viaja solo y en grupo, con más o menos revoluciones, pero un paso importante son aquellos que van de paquete. “A mi mujer no le gustaba mucho el mundo de la moto pero al verme, al entrar yo en este mundo, comenzó a interesarse y se quedó porque el ambiente es realmente sano. Eso vale mucho”, explica el presidente de Motoclub Fojeteiros, Luis Bouza. 


La tranquilidad y la seguridad son dos pilares en los que se asientan las concentraciones, cosa que la entidad naronesa también ve cuando van fuera, “porque vamos a un sitio cada fin de semana, prácticamente”, explican, “como las orquestas”

 

 

 

 

De hecho, es así como se forjan las relaciones que este fin de semana recorren kilómetros para jugar de visitantes, puesto que en otras fechas son locales. Esto, según Galaso, es “el 100% de nuestra concentración, el éxito del principio radica en esto. El año anterior, nosotros estuvimos en muchos sitios, se creó buen ambiente” y ahí encontraron un motivo que el resto de asociaciones respaldaron con los ojos cerrados. 

 

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Algunos de los moteros que se afincaron ayer en Narón I JORGE MEIS


Desde Navia, por ejemplo, se desplaza un grupo en dos turnos, los miembros del Motoclub Apretaye El Corno. Los primeros llegaron ayer y otros como Keko Iglesias tendrán que esperar al domingo por cuestión de trabajo, “y a pesar de que sea solo un día, fijo que merece la pena”


Él se estrena en la cita por “la gran fama que tienen fuera de Galicia”, pero también porque los de Narón “son moteros ejemplares cuando vienen de visita”.  “Se crean un sinfín de amistades, esta es una comunidad muy unida”, recalca Bouza. 


Y como los datos no mienten, las líneas de esta entidad cuentan con 210 personas entre sus filas. El más pequeño tiene un año y estaba inscrito a las pocas horas de nacer, y el más mayor está a punto de soplar 80 velas encima de la tarta “y ves cómo sigue disfrutando”, aseguran. Esto demuestra que “Fojeteiros, club y concentración, está abierto para todos los públicos: niños, familias, parejas o gente que quiera pasear, porque si vienen les va a gustar”, comenta el presidente. 


La organización


“Esto es nuestro, por eso lo trabajamos nosotros”, explica el grupo. Curiosamente, son de las pocas personas que se piden vacaciones para seguir a pleno gas. Ellas y ellos –el club cuenta con un gran número de mujeres– son los que están detrás de la barra, sirven la comida y organizan los aparcamientos, es “una parte más de ser socio”, exponen, “somos una gran piña”. 


“A un compañero no se le deja tirado nunca; si puedes ayudar, ayudas”, sentencia Leira en referencia  la carretera, pero esta unión también se ve en la organización de un evento en el que participaron más de 1.000 personas durante la anterior edición.


En relación a la primera, recuerdan que “fue una incógnita, no sabías qué repercusión iba a tener”, recuerda Galaso, que reconoce que “de corazón sí, pero de cabeza no” podían imaginar en ese momento que llegarían a la decimoctava celebración.

 

 

Siguen respetando un límite de aforo, asentado el segundo año, que les permite seguir siendo ellos quienes lleven a cabo todas las labores necesarias para que esto salga a flote: “tenemos que ser consecuentes de hasta a dónde podemos llegar”, reflexiona el grupo, que tiene como bandera “la calidad, no la cantidad”
Después de este fin de semana se tomarán “unos días de vacaciones” y se pondrán con la organización del próximo año. El trabajo nunca cesa pero “cuando esto acaba y todo sale bien, lo que sientes es satisfacción”, asevera Leira, que pone en valor “los mensajes de agradecimiento que llegan el lunes” desde diversos rincones de España.


Pero por suerte, aún quedan dos días en los que Xuvia se pondrá a la altura de Cheste o el Ángel Nieto, por lo menos en lo que pasión, dedicación, ambiente y afición se refiere. 
 

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