A comienzos de este 2025, la comunidad educativa de la escuela unitaria de Ombre, con el apoyo del Concello de Pontedeme, hizo una llamada de auxilio para evitar el cierre del centro, el único de estas características tras la desaparición de las de Boebre, Centroña, Nogueirosa y Campolongo.

El objetivo era alcanzar el número de matriculaciones mínimas para cumplir la ratio exigida por la Xunta. Una de las madres de los menores escolarizados en el colegio eumés, Elisabeth Coira, explica que la respuesta fue muy buena, pese a no conseguir aumentar esa cifra. “Mantienen el servicio porque hay previsión para el año que viene, por lo que se garantiza la continuidad del cole”, comenta aliviada, añadiendo que las movilizaciones para lograrlo surtieron efecto. “Al final funcionó. Después de salir en la presa, se pusieron en contacto con nosotros varias familias”, expone.

Tras el agobio con el que comenzaron 2025, “la verdad es que nos pudimos relajar un poco. A principio de curso teníamos esa tensión y vivimos con esa sensación hasta el momento en el que teníamos de demandar, o no, plaza en otro centro diferente”, añade Coira, recordando el entorno privilegiado en el que se encuentra la escuela unitaria y el proyecto educativo personalizado que se ofrece en la misma.

Cierres

Este final feliz para las instalaciones eumesas no fue el mismo, sin embargo, para otras siete unitarias gallegas. La Consellería de Educación anunció que adaptará el mapa escolar “á evolución demográfica” de cara al próximo curso 2025-2026.

La insuficiente matriculación provocará que dejen de funcionar las escuelas de Educación Infantil de A Lagoa (Arteixo), Muros, Queiruga (Porto do Son) y Romariz (Soutomaior), así como los colegios de Seráns (Porto do Son), Castromil (Vimianzo) y Negueira de Muñiz.

La misma suerte que la unitaria de Ombre correrán las escuelas de Lamas (Moraña) y Taboadela, que mantienen el mismo número de alumnos que el curso pasado.