...que viva... el príncipe. O el conde, o el duque, porque después de Pelé no volverá a haber otro Rey en el fútbol. Por muy bien que juegue y muchos balones de oro que tenga. Lo sentimos por ti, Messi (es mentira, no lo sentimos nada, por bobo). Y es que Pelé fue mucho más que 1.200 goles, más que técnica, más que velocidad, más que físico. Era el fútbol hecho arte. Y cuando se acabó el fútbol siguió el carisma, el compromiso, la simpatía, la empatía. Y una cosa muy, muy importante: ¡el saber vivir! Cuando una persona es proclamada “Rey” por unanimidad, por algo será. Pelé, fue un virguero del fútbol que dejó boquiabiertos a todos cuantos han tenido la suerte de verlo jugar. Si alguno de ustedes, por su tierna edad, no ha tenido ocasión de hacerlo, que busque por internet y se prepare para una sesión de disfrute total. Algo tiene el pan cuando lo bendicen y algo tenía Pelé cuando le caía bien a todo el mundo. Esperamos que adónde quiera que hayas ido haya campos de fútbol.