Poco tiene que gustarle a uno el tenis para no disfrutar con un partido de Rafa Nadal. Que hasta tiene el don de sacar lo mejor de sus rivales. Pero como también hay quien parece que siempre está esperando la caída de los grandes, alguno auguraba que, después de seis meses sin jugar, Nadal no iba a estar al nivel de un Grand Slam. Se olvidaba de que Rafa no es solo un escafoides lesionado. Es fuerza de voluntad, pasión, un brazo poderoso, golpes de maestro que ponen al público en pie y una capacidad prodigiosa de gestionar la presión. Por suerte para nosotros. FOTO: Nadal celebra un punto en Melbourne | efe