El alto de Chamorro reunió ayer a cientos de romeros que no dudaron en salir de sus casas al ver el primer rayo de sol y comenzar el camino que los llevaría a la ermita de la Virgen del Nordés. La pequeña imagen salió en procesión seguida de los fieles y ante la atenta mirada de quienes, aun sin ánimo religioso, aprovechan la jornada para hacer una la caminata y comer entre los peñascos. El día acompañó y se demostró un año más la necesidad de potenciar esta ruta, porque visitantes no le faltan.