Los paganitos...

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Un repartidor de comida rápida | aec

En España hay unas personas humanas, que pagan por trabajar. Por trabajar, que no por ganar dineros para vivir, como el resto de los trabajadores. Esas personas humanas se conocen como “autónomos”. Por si esto no fuese suficiente castigo divino ―lo de pagar por trabajar―, tienen también que pagar para crearse su propio puesto de trabajo, para lo cual emplean sus dineros ―si los tienen― o se los piden a los bancos y se los devuelven con sus intereses, claro. Unas veces crean empleo solo para sí mismos y otras veces también para más personas, que se llaman “asalariados”. Cierto es que los hay afortunados y se hacen ricos, incluso muy ricos. A esos les da igual la cuota de autónomos, el subsidio de desempleo o lo que les quede de jubilación. También hay comerciantes que no venden una prenda, barberos que no cortan un pelo, hosteleros que no sirven un café… Para estos últimos afortunados que ganan entre 0 y 600 euros el proyecto del Gobierno es rebajarles 50 euros al mes de los casi 300 que pagan. Ah, pero como se les ocurra ganar más de 1.700 euros ―vaya fortunón― les suben casi el 90%. Lo dicho, paganitos...

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