Existen todavía mentes incapaces ya no solo del más mínimo rastro de la necesaria –y exigible– empatía, consideración y el respeto de quien vive en sociedad; sino también lo suficientemente ignorantes como para no entender siquiera lo que es o no es un delito. En esta categoría, más amplia de lo debido, está quien sigue perpetuando estereotipos que, aunque a usted le parezcan sonrojantemente manidos y superados, he aquí la prueba palpable de que siguen ahí. A alguien en A Illa le parece lo más disparar contra gatos. Ya ve usted el nivel. Como con gente así suele costar razonar, baste para zanjar el hipotético debate con tan preclara lumbrera mentar el Código Penal. A ver si así lo pilla. Fin de la cita.