Si alguno pretende subirse al tren entre A Coruña y Ferrol –le alabamos la valentía– debe saber que es como entrar en el túnel del tiempo. No solo por la incertidumbre y la velocidad, sino porque en algunos apeaderos los viajeros tienen que hacer señales con linternas o mecheros para pedir que se detenga el convoy. Fantástica experiencia aventurera. Y sin tener que pagar un suplemento.