el Consello da Xunta ha dado luz verde a la dosificación personalizada de medicamentos, lo que viene siendo que si el enfermo necesita trece pastillas, solo recibirá en la farmacia las trece dosis. Con esto se pone fin, o se intenta, llenar un cajón de la cocina o del cuarto de baño de remedios casi intactos. Se va a echar de menos eso de pillar una gragea cuando parece que va a doler la cabeza o tomarse una pastilla para los nervios cuando no se pega ojo por la noche. Lo cierto es que la naturaleza lo agradecerá porque eso de tirar cajas a la basura y prospectos multipágina será un buen remedio planetario. foto: Unas cuantas pastillas | EFE