La despedida del almirante jefe del Arsenal de Ferrol, Ignacio Frutos, ha sido un ejemplo de ese acercamiento que viven el mundo militar y el civil. Lejos de una figura ajena a Ferrol, el ya ascendido a almirante ha sabido hacerse un hueco en la ciudad naval pese a no ser natural de ella. Hijo adoptivo de Ferrol, Medalla de oro de la Junta de Cofradías y presente en multitud de eventos lo han hecho un ferrolano más, que ayer se despidió con agradecimientos por el cariño recibido.