El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao autorizó ayer la compra, por 1,3 millones de euros, de dos nuevas unidades del sistema de amarre hidráulico Shore Tension. Esta tecnología, que a día de hoy solo se emplea en los puertos de Ferrol y Tenerife, permitirá mejorar “la operatividad y disponibilidad” de las instalaciones de la ciudad naval en malas condiciones meteorológicas.
La recepción de estos ingenios tendrá lugar entre marzo y finales del primer semestre del próximo año
Según explicó ayer por medio de un comunicado el organismo que dirige Francisco Barea, las adquisiciones, compuestas por dos parejas de equipos, se sumarán a las dos unidades con las que ya cuenta el puerto exterior, ofreciendo a los operadores mayores prestaciones y seguridad en las descargas. Así, la tecnología Shore Tension, desarrollada por una firma holandesa del mismo nombre, se compone de un sistema hidráulico externo que permite controlar y mantener una tensión constante en las amarras. Se trata de un ingenio autónomo que, por su naturaleza, no precisa de suministro eléctrico para operar, manteniendo el mismo nivel de tirantez en todas las amarras de forma simultánea.
El sistema en sí funciona, como se había mencionado, mediante parejas de dispositivos, uno para babor y otro para estribor, lo que permite mantener el navío asegurado a la dársena independientemente de la situación meteorológica. Así, los dispositivos amortiguan el propio movimiento del barco al tiempo que absorben su energía. Además, mediante un sistema de sensores, el ingenio logra registrar las cargas que soportan los cabos.
Cada unidad se compone de una pareja de dispositivos, uno a cada lado del navío amarrado
Por otra parte, gracias a un sistema de control inalámbrico que funciona con energía solar, tanto el capitán del buque amarrado como la propia empresa de encargadas de la operación podrán comprobar en tiempo real datos como la tensión que soportan los cabos. Además, apunta la Autoridad Portuaria, este sistema también cuenta con una alarma cuando la capacidad de carga de un amarre se acerca a los límites recomendados y es necesario establecer medidas adicionales.
Esta tecnología –cuya primera unidad de esta nueva dotación estará operativa a finales de marzo de 2022 y la segunda, si las previsiones se cumplen, durante las últimas semanas del primer semestre del año– es apta para buques de transporte de contenedores, de carga general y de graneles sólidos, lo que permitirá “reducir el movimiento provocado por el viendo, corrientes, oleaje u otros barcos, minimizando el riesgo de rotura de amarres.
El encuentro de ayer del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria también sirvió para aprobar otros asuntos de menor trascendencia.
Así, desde el órgano de gestión se informa de que se ha dado luz verde al documento de información sobre la red ferroviaria de la Autoridad Portuaria, además de aprobarse provisionalmente el plan de emergencias y autoprotección del puerto.