Son muchos los ciudadanos cuyo comportamiento al volante de sus automóviles no se caracteriza por ser modélico en el cumplimiento de las normas de circulación que respetan poco e infringen demasiado.
Según datos de la Delegación del Gobierno en Galicia, entre enero y noviembre de este año la Guardia Civil realizó 26.454 controles de alcohol y drogas y el resultado fue la detección de más de 15.000 positivos por la ingesta de estas sustancias.
El mismo informe recuerda que el alcohol multiplica el riesgo, es un factor determinante en un tercio de los accidentes de circulación y agrava sus consecuencias como constatan las cifras de conductores fallecidos el año pasado en España por haber consumido alcohol, drogas o psicofármacos, cifras que superan a las del año 2019.
Pero el alcohol no solo “perjudica” a los conductores. El informe de la Delegación del Gobierno recuerda que en 2020 también se produjo un incremento de los peatones muertos en atropello a causa de sus imprudencias por haber ingerido las mismas sustancias. De los 136 peatones fallecidos en atropello, 56 -el 41,2%- habían bebido o consumido estupefacientes.
Son datos escalofriantes que justifican plenamente la ley de tráfico aprobada el día 2 en el Congreso que recoge una amplia casuística de los comportamientos al volante que se consideran más peligrosos y endurece el castigo para los infractores con pérdida de puntos del carnet y fuertes sanciones económicas.
Las campañas permanentes de la Dirección General de Tráfico (DGT), algunas con imágenes de enorme dureza, no son suficientes, tienen que ir acompañadas de medidas sancionadoras porque, parafraseando un viejo dicho, “la letra del Código de Circulación entra con sangre económica” en forma de multas para que el peligro no se instale en las carreteras y la circulación no solo sea segura sino que resulte agradable.
Si el coronavirus lo permite, en estas fiestas tan señaladas de Navidad y fin de año se van a producir muchos desplazamientos en miles de coches circulando por todas las carreteras gallegas. Por eso es una buena medida la campaña especial de la DGT que intensificará los controles para disuadir a los conductores del consumo de alcohol y otras sustancias que entrañan peligro cierto para los propios conductores y para sus familiares. También para que la mayoría de los automovilistas que circulan cumpliendo las normas establecidas -para ellos “lo importante es llegar”- no sean víctimas de la locura de unos irresponsables.
En una valla publicitaria situada en el entorno del gran Buenos Aires se podía leer la leyenda “si tomaste, no manejes”, que equivale a nuestro eslogan “si bebes no conduzcas”. Un gran consejo.