No hay en 1ª RFEF, ni en el grupo I ni en el II, mejores anfitriones que los dos próximos rivales del Racing. También es cierto que no hay equipo que más puntos suma en sus desplazamientos que el conjunto verde, una vitola que, de los cuarenta equipos que conforman la nueva categoría de bronce del fútbol español, solo comparte con otros tres conjuntos, los tres del cuadrante norte: Deportivo (líder en solitario), Rayo Majadahonda y Real Unión de Irun, todos ellos con 13 puntos a domicilio en lo que va de temporada. En el grupo sur, solo uno, el Alcoyano, se aproxima a estos guarismos, con 12 puntos en los enfrentamientos que ha dirimido fuera de casa.
Es por ello que tanto el choque ante el San Sebastián de los Reyes de mañana sábado, como el copero ante el Albacete el próximo martes, son duelos de fortalezas. Las de los locales, por haber convertido sus respectivos terrenos de juego en feudos poco menos que imposibles para sus contrincantes. En el caso del estadio madrileño de Matapiñonera, solo un equipo, el Real Unión, ha conseguido adjudicarse los tres puntos. Los otros seis rivales del Sanse han podido arrancar, entre todos, apenas un punto.
También un punto es lo máximo que los siete equipos a los que se ha enfrentado el Albacete se han podido llevar de botín del Carlos Belmonte. Fue el Betis Deportivo en la jornada siete. Todos los demás cuentan sus visitas allí por derrotas.
Pero es precisamente en sus viajes donde la plantilla que dirige Cristóbal Parralo ha registrado sus mejores números; de hecho, no hay ningún equipo en la categoría que mantenga una racha a domicilio como la que disfrutan actualmente los ferrolanos, con cuatro victorias consecutivas. Sus inigualables prestaciones como visitante le han permitido al Racing mantenerse en la zona de acecho de los puestos de playoff de ascenso a Segunda División, posiciones a las que aspira a acceder el cuadro de la ciudad naval a corto plazo.
Aunque comparten esa fiabilidad como anfitriones, los encuentros ante San Sebastián de los Reyes y Albacete serán bien distintos, y por varios factores. El primero, y más significativo, por tratarse de dos competiciones diferentes que, si bien no supone que el Racing de Ferrol varíe su objetivo (ganar), en caso de duda sí puede llevar a establecer un orden de prioridades. La del equipo de A Malata es la liga, sin duda, y la plantilla es consciente de que una quinta victoria consecutiva a domicilio lo metería ya en la zona noble del torneo de la regularidad.
Hay, además, otros condicionantes. El más evidente es el tipo de superficie sobre la que se jugará. Mañana, en Matapiñonera, el Racing disputará su primer partido en un campo de hierba artificial. El centrocampista ferrolano Álex López apuntaba el miércoles que este es un factor a tener en cuenta, pero recuerda que es un campo de “buenas dimensiones que permite jugar”, lo que de alguna manera mitiga las diferencias lógicas en función del tipo de césped.
“Tenemos que adaptarnos”, confirma el portero titular, Gazzaniga, “como en cada partido: cuando hace sol, cuando llueve, cuando está seco... Ahora es hierba artificial y el equipo trabaja de la misma forma”.
“Sabemos que va a ser muy difícil”, explicaba, “pero sabemos que si logramos una victoria nos metemos entre los seis primeros” y eso, dice, es un acicate de primer orden.