Solo Milica Ivanovic ha disputado más minutos que Carmen Grande –Madrid, 1997– con el Baxi Ferrol en las siete primeras jornadas de la Liga Endesa. La directora de juego titular del equipo de Lino López está entre las jugadoras destacadas de la competición en asistencias –novena–, recuperaciones –tercera–, faltas recibidas –séptima– y porcentaje de acierto en tiros libres –tercera–. Estadísticas todas ellas que para que tengan sentido y utilidad, asegura, deben estar al servicio del grupo.
¿Qué valoración hace del arranque de temporada?
Tengo una mezcla de sensaciones porque han pasado muchísimas cosas en estas primeras siete jornadas. Creo que la valoración es positiva debido a que en el último partido antes del “break” por fin sacamos esa garra y esas ganas que nos caracterizaron al comienzo de la temporada e incluso en pretemporada. A mí eso me anima mucho porque creo que el punto de partida va a ser ese. Estoy segura de que vamos a ir muy para arriba. Evidentemente, hubo partidos con los que estoy descontenta por el modo en que han ido las cosas, no solo por el resultado, sino por cómo se ha jugado, pero creo que desde el principio hemos demostrado que este puede ser un grupo muy chulo. Me quedo con eso y con las ganas con las que entramos en este parón y que estoy convencida de que mantendremos a la vuelta.
¿Qué cree que es lo que le falta al equipo para alcanzar esa regularidad?
Pienso que el sistema de Lino –tanto el ofensivo como el defensivo– es complejo y exigente a la hora de acomodarse, de leer a todo el mundo, porque requiere un nivel muy alto de conocimiento de tus compañeras, de modo que creo que una de las cosas que nos ha faltado ha sido más tiempo: más tiempo de jugar juntas, de cometer errores juntas, de poder corregir esos errores juntas, etc. No es, ni mucho menos, falta de ganas porque el equipo trabaja muy bien, está dispuesto a todo y no hay nadie que tenga malas actitudes... Es un grupo humano brutal, pero tenemos momentos de desconcentración y desconexión que, en una liga como esta, se pagan muy caros.
A nivel individual, las estadísticas reflejan la importancia que tiene en el juego del grupo. ¿Está satisfecha?
Intento no fijarme mucho en las estadísticas. Creo que pueden engañar porque muchas labores que se hacen quedan al margen. Personalmente, pienso que cada vez voy cogiendo más ritmo y tengo mejores sensaciones, que voy para arriba, y a medida que conozco más los sistemas y a mis compañeras me encuentro mejor porque una de mis funciones es repartir juego y tratar de que mis compañeras lo hagan mejor en sus posiciones. Soy muy optimista y estoy contenta de cómo lo estoy haciendo, pero creo que puedo hacerlo mejor, tanto yo misma como el grupo.
¿Está de acuerdo en que el nivel de la Liga Endesa sube cada temporada?
Sí, y eso me parece muy positivo. La liga y los equipos están invirtiendo, se están fichando jugadoras de muchísima calidad, cada año se refuerzan un montón y eso hace que la liga esté muy competida. A mí me parece maravilloso formar parte de una liga como esta. Es un privilegio poder jugarla, la verdad.
¿Ha notado muchas diferencias a su regreso a España tras su estancia en Estados Unidos? ¿Son tantas?
Sí. Allí, dentro de que el deporte universitario es amateur, se vive con mucha profesionalidad por la cantidad de medios que hay, algo que incluso no se vive ni en la WNBA, donde los equipos viajan en vuelos comerciales; en la universidad, no, y se viaja en los aviones privados. Sí hay una diferencia de medios e instalaciones. Por ejemplo, las universidades tienen en el “staff” técnico de sus equipos siete personas, entonces evidentemente la diferencia de organización, recursos, logística, etc. es muy grande. Pero, dicho esto, y teniendo en cuenta que la vida universitaria es una experiencia muy chula de vivir porque hay muchos medios y te tratan como un famoso, el nivel baloncestístico es mejor en la Liga Endesa que en la competición universitaria de Estados Unidos.
¿Qué es lo que le llevó a elegir Ferrol?
Para empezar, porque querían contar conmigo y tenían un proyecto muy bonito; Lino confió en mí y para mí era muy positivo estar en un equipo en el que tuviese la oportunidad de jugar minutos y de aportar. Además del proyecto, todo lo que había escuchado del Baxi –porque al final yo siempre hago mi propia investigación preguntando a mucha gente–, fueron buenas palabras, tanto sobre el club como la ciudad. Además, tengo familia en Galicia: aquí he pasado veranos y mucho tiempo en mi infancia. No tuve ninguna duda: han confiado en mí y el proyecto es ilusionante.