Enagás es el monopolio que gestiona la red del transporte de gas en España. En el pasado, “convenció” a las autoridades de que la mejor estrategia para asegurar el suministro de este combustible, era construir nuevas regasificadoras y ampliar las existentes. Así se hizo, y España tiene hoy una sobrecapacidad del 50%. El problema es que Enagás también logró firmar con nuestros gobernantes una tasa fija de retribución por todas estas inversiones, incluidas las que no se usan o se usan a medias, cargándola en los recibos del usuario.
Yo mismo publiqué hace años en esta columna un artículo titulado “La segunda burbuja“ (la primera era la inmobiliaria) haciéndome eco de lo que algunos ya predecían acertadamente. Ahora, Enagas quiere seguir inflando esta burbuja, y con el pretexto de la descarbonización planea casi 50 proyectos de hidrógeno y biometano ¿Volveremos a tropezar en la misma piedra?