In Memoriam Serafín Hermida

Serafín Hermida se fue con valentía y con todas las ganas de vivir, de compartir. Lo hizo en su casa de Avión, abrazado por el amor de su esposa Elvira, de sus hijos Manuel, Carlos David y Alex, de sus nueras, de sus nietos, por el cariño de sus hermanos Agustín y Ricardo y el de sus cuñadas Olimpia, Patricia, Ana y Carmen, por el afecto de sus tíos, consuegros y compadres, en la cariñosa evocación, obligatoriamente distante por la pandemia, de sus amigos innúmeros.


Serafín Hermida nos unió a muchos con su capacidad de transmitir afectos, de ordenar encuentros y viajes, de hacer de cada ocasión una oportunidad para celebrar la vida, para reír, para departir. Él era un eje de alegría. Serafín es miembro relevante de una saga de personas grandes, amables, buenas, generosas, trabajadoras, de una amplia familia que en poco tiempo ha visto desaparecer entre los más próximos, a su madre, doña Agripina; a sus hermanos, Jaime y José. El capricho del destino ha sido tremendo con seres que, con el fruto del trabajo y su sacrificio, construyeron en México, EEUU y España un grupo de empresas diversificado, sólido, admirable. De ello pueden dar testimonio sus muchos trabajadores y proveedores, pero sobre todo cuantos les vimos construirlo, administrarlo con inteligencia y seriedad, afrontando cada dificultad con decisión, ampliando horizontes.


Conozco a toda la familia Hermida, la siento como propia. De Serafín he recibido amables consejos, como se los ofreció a tantos y tantos como conoció en estos años. Su carácter era amable, fraternal y directo. 


Repetía constantemente que había que disfrutar sanamente de cada momento. Él lo hizo. Fue feliz y deja un testimonio inabarcable que nos aproximan a cuanto supone la defensa de la familia, de su tierra, de sus gentes. Pueden atestiguarlo por su profunda amistad personajes del relieve de Olegario Vázquez Raña o su esposa Ángeles; Sor Salud; los amigos y socios de Mexicali, Hermosillo, Ciudad de México o San Diego, de España y de Galicia, especialmente de Vigo –Hotel México– y de Santiago –Hotel Los Abetos– con Carlos Slim, con Miguel Ricón o Javier Santoveña, y tantos y tantos otros como sus amigos más íntimos. Entre los más cercanos se encuentran sus primos Hermida Pontevedra o la familia Alonso –muy especialmente Maricel y su esposo–, Maximino Balboa y Ana Coca, Bertha Saco Iglesias, viuda de Florencio Gulías –que fuera Presidente del Centro Gallego de México–, Floro González Corral y Pepa Bermejo, José Luis Pilis, Carlos Rodríguez, José María Barreiro, Javier Vázquez y Teresa González. Su recuerdo nos resulta imborrable.


Escribo con lágrimas de amistad. Tan solo nos podremos recuperar por la ilustración que supuso una vida de humanidad, de realismo, de naturalidad, de confianza, de enseñanza, en definitiva, de ejemplaridad.

Descanse en Paz, Serafín Hermida.

In Memoriam Serafín Hermida

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