Para que los españoles volvamos a las urnas para elegir presidente falta muchísimo tiempo. Tanto como dos años (si Sánchez no se desmarca con un adelanto electoral, cosa que parece bastante improbable). Sin embargo, con esto del inicio del curso político, se suceden las encuestas sobre la intención de voto. Y esos análisis demoscópicos coinciden, en mayor o menor medida, en el brutal desgaste que está sufriendo el PSOE frente a un PP que va claramente hacia arriba. Eso sí, parece que el bipartidismo es cosa del pasado y Pablo Casado y los suyos tendrían que ponerse en manos de Vox para poder gobernar el país, aunque la formación de Abascal parece que ha tocado techo y comienza a mostrar un desgaste que se traduce en pérdida de escaños. Sin embargo, lo más llamativo es ver como el PSOE se hunde por debajo de los cien escaños y como, con ellos, también se van muchos votos de Unidas Podemos. Lo dicho, faltan muchos meses para tener una cita con las urnas, pero la tendencia es que caminamos hacia un cambio de inquilino en La Moncloa.