Está claro que no era Pedro Sánchez el encargado de levantar el teléfono para convocar uno a uno a los participantes en la repatriación de los españoles en Afganistán o el responsable de acondicionar el avión, pero igual no estaba de más que tuviese un poco más de presencia, más allá de los tres mensajes en redes sociales con los que informó de su implicación en la situación. Por supuesto que queremos creer que estuvo más que informado desde el primer minuto, en permanente comunicación con Exteriores y Defensa, pero cuando el presidente francés anuncia públicamente un plan de evacuación conjunto con el Reino Unido y Alemania puede que fuera el momento de hacer alguna gestión a alto nivel para formar parte de ese operativo. No por una cuestión de imagen, sino, primero, por seguridad para los españoles en tierras afganas y, segundo, para no quedarnos, una vez más, fuera del grupo de los líderes de Europa.