Desde que puso el pie de Downing Street hace dos años, Boris Johnson nunca había tenido tan poco apoyo como ahora. Y eso que en enero, mientras el Reino Unido hacía frente a una de las olas más duras de la pandemia, ya eran muchos los que le empezaban a tener ojeriza. Ahora casi la mitad de los británicos considera que la gestión del primer ministro en lo relativo a la lucha contra el virus deja mucho que desear. Teniendo en cuenta que el 19 de julio ordenó retirar todas las restricciones tampoco es de extrañar que no salgan a las calles a vitorearle. Bueno, algunos seguro que sí salen. Y luego se cogen un avión a Magaluf. FOTO: Johnson, mascarilla en mano | ep