Galicia registró un saldo vegetativo negativo en 2020 de 17.561 muertes más que nacimientos, la peor cifra desde que hay registros (1975), según los datos que publica ayer el Instituto Galego de Estatística.
Aunque el saldo vegetativo negativo se había contraído ligeramente en 2019 (-15.550) respecto a 2018 (-15.859), en 2020 vuelve a empeorar hasta alcanzar la cifra más negativa de la serie histórica.
Esta situación se explica por un incremento de un 5% en los fallecimientos en un año marcado por la pandemia, un total de 32.822, también el peor dato histórico.
A esto se une que los nacimientos siguen en descenso, de forma que se quedan en el número más bajo en los registros: 15.261. Son 457 menos (-2,9%) que en 2019.
El 79,4% de los alumbramientos se correspondieron en 2020 con madres con residencia en las provincias de A Coruña y Pontevedra. Además, continúa el retraso en la edad de la mujeres gallegas al dar a luz, pues el 77,6% tienen 30 años o más (eran el 72% hace 10 años). Y las que tienen 40 años o más ya representan el 13,6% (eran el 5,8% en 2010).
Asimismo, el IGE destaca que hace más de 30 años que la comunidad gallega no presenta un saldo vegetativo positivo (más nacimientos que muertes).
De hecho, en Galicia solo hay cinco municipios con saldo vegetativo positivo: Ames (+48), O Porriño (+35), Salceda de Caselas (+14), Oroso (+3) y Arteixo (+2). En el otro extremo, destacan: A Coruña (-1.150), Vigo (-1.108), Ourense (-701), Ferrol (-568) y Lugo (-468).
En lo tocante a matrimonios, hubo 5.660 en Galicia en 2020, lo que se traduce en una acusada caída del 39,3% frente a los 9.331 de 2019. Del total, se realizaron 106 entre personas del mismo sexo.
En los enlaces entre diferentes sexos se observa un retraso en las edades, ya que el 89,4% de los hombres y el 82,6% de las mujeres tenían 30 o más años.