Inundaciones

Las devastadoras inundaciones de va a hacer un par de semanas en las dos Renania alemanas ya han entrado en los anales del país como una de las peores tragedias naturales de su historia: más de 165 personas han perdido la vida, los desaparecidos se cuentan por centenares y los daños son enormes. “Situación aterradora”, dijo más que impresionada la canciller Angela Merkel en su visita a la demarcación afectada.


En el oeste del país, este de Bélgica y amplia zona de los Países Bajos había estado lloviendo prácticamente sin parar durante todo lo llevado de julio, y la brusca descarga del jueves 15 no pudo ser absorbida por la tierra ni los ríos, que ya estaban saturados. Fue un golpe meteorológico sin precedentes.

No obstante, en medio de la conmoción y el luto, en Alemania se ha abierto el debate en torno a cómo pudo ocurrir el desastre, que sorprendió de noche a la población, y sobre si se pudo haber avisado antes y mejor.


El Servicio meteorológico oficial defiende que advirtió del peligro, mientras que el ministro del Interior apunta a la responsabilidad de los Estados federados competentes en trasladar los avisos a la población. En este cruce de responsabilidades, el Gobierno de coalición se ha comprometido a mejorar el sistema nacional de alertas ante catástrofes.


De todas formas, no habrá que olvidar que la controversia lleva también su carga política, pues ha venido a producirse en plena precampaña electoral; en concreto, a diez semanas de las decisivas elecciones generales del 26 de septiembre, las primeras desde 2005 sin la señora Merkel en liza.


Según sondeos de hace una semana la conservadora CDU / CSU encabeza los pronósticos (28 por ciento de los votos), seguida a diez puntos por los Verdes y a once por los socialdemócratas. No obstante, la celeridad con que el Estado derrame ayudas sobre los miles de damnificados e infraestructuras destrozadas podría hacer variar posiciones.


Inconcebible en cualquier hipótesis de normalidad climática y aunque los expertos debaten hasta qué punto estas inundaciones tienen relación directa con la crisis climática, el desastre ha relanzado en la agenda política y en la conciencia ciudadana la cuestión medioambiental.


En su primera visita a la zona devastada, Angela Merkel expresó con claridad su opinión: “Tenemos que darnos prisa. Debemos ser más rápidos en la lucha contra el calentamiento global y el cambio climático”. Y ya tiene a su Gobierno trabajando en ello.


De hecho, el ciudadano de a pie comprueba perplejo cómo los eventos climáticos extraordinarios -fuertes lluvias, grandes nevadas y calor extremo en latitudes medias- son cada vez más virulentos y recurrentes. Las inundaciones también en China están batiendo récords.


Por su parte, los expertos recuerdan cómo el ascenso global de un grado desde la revolución industrial puede parecer poco, pero también que la atmosfera no es un sistema lineal. Y así, pequeños cambios pueden producir enormes consecuencias. Como las presentes.

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